Servicios Sociales garantiza su apoyo a los afectados

Los Servicios Sociales del Ayuntamiento alargan al menos hasta hoy la cobertura a los vecinos desalojados el sábado. En total, según el Consistorio, son cuatro de las siete familias que tuvieron que dejar sus casas las que se encuentran en un hotel de la ciudad. En principio, la manutención se ampliaba a la alimentación sólo a los menores, pero tras la visita que realizó ayer por la tarde la alcaldesa al establecimiento hotelero, se le dará desayunos, almuerzos y cenas también a los mayores de 18 años. El delegado de Urbanismo, Francisco Camas, explicó asimismo que "los Servicios Sociales mantendrán el cuidado de las familias que se encuentran en esta situación si al final se dictamina que el bloque debe continuar cerrado".

Una de estas vecinas es Charo Campillo, que, con permiso de la patrulla de la Policía Local que custodia el edificio desde que fue desalojado, subió a su vivienda para seguir recogiendo algunas cosas. "Yo sufro de fibromialgia y no podía pasar más tiempo sin mi tratamiento de morfina. Además, he tirado la basura y he metido en el congelador algunas cosas que había comprado para que no se me pusieran malas". Esta afectada se mostraba ayer nerviosa por la situación. "Esperemos que mañana (por hoy) nos digan que podemos volver a entrar".

Esta afectada celebró ayer la visita de la alcaldesa, pues "de repente hemos tenido que empezar a comer fuera de casa, cuando yo cobro 400 euros y no me puedo permitir estar sin la cocina", explicó. "A última hora del sábado, nos tuvimos que ir corriendo a un supermercado a comprar un par de chacinas y pan para cenar un bocadillo. Si en vez de un sábado por la mañana esto hubiese ocurrido un día entre semana, el perito del Ayuntamiento hubiera estudiado la situación en el mismo momento y no nos veríamos en la calle con lo puesto".

Otro de los afectados por esta situación es un padre divorciado, para quien "verme en un hotel de un día para otro es un problema, porque me toca toda la semana con mis hijos y no está bien que lo pasen en una pensión". Historias personales de este tipo se repiten en cada una de las siete familias afectadas, de las diez viviendas de las que consta el bloque. Sólo cuatro han requerido la ayuda de Servicios Sociales, porque tres de ellas han preferido marcharse a casas de familiares cercanos y otras tres viviendas estaban vacías, aunque la problemática también afecta a sus propietarios.