Suben las ventas de entradas para el Gran Premio respecto a 2016

Para equilibrar las cuentas de la sociedad, la fórmula es clara y sencilla: aumentar los ingresos y reducir los gastos. El circuito juega este año con el hándicap de que prevé estar dos meses cerrado en verano para las obras de reasfaltado por lo que se estima que el alquiler de la pista principal reporte menos ingresos que en el pasado ejercicio (unos 2,3 millones frente a los 2,5 obtenidos en 2016).

Sin embargo, la sociedad calcula que este año podrá facturar más gracias a un aumento de la venta de entradas -su principal ingreso-. Para empezar, en el plan económico financiero se avanza que va a muy buen ritmo la taquilla para el próximo Gran Premio pues, a día de hoy, se está a niveles de mejorar las cifras de la pasada edición. Para este año se prevé que la recaudación alcance los 3,9 millones, unos 300.000 más que en 2016. Asimismo, se espera también un crecimiento exponencial gracias a la Fórmula 2 y la Eurofórmula Open.

La otra vía de ingresos es el alquiler de las pistas del circuito -tanto la principal como la de karting- por lo que se prevé un incremento de las tarifas en un 5%. No obstante, desde el circuito se considera que los precios siguen estando muy por debajo del principal competidor en esta vía del negocio que es Barcelona. La única limitación es la situación geográfica de Jerez, que encarece los gastos de logística y de desplazamiento de los equipos frente al trazado catalán, por lo que se mantiene una apuesta de precios bajos respecto a otros trazados.

El plan económico hace una apreciación respecto a la ocupación, que lleva años fijados en el en torno del 70%. Cirjesa advierte de que esta ya se encuentra a "unos niveles difíciles de incrementar" por lo que la proyección que se realiza para los siguientes ejercicios solo contempla la subida de tarifas. La última de las vías de ingresos extras será mediante un incremento de la transferencia municipal. Para este año será de 950.000 euros más el millón para el reasfaltado; y en 2018 y 2019 se situará en los 1,2 millones.

Mientras, en el capítulo de gastos, se prevé una rebaja a partir del año próximo por las jubilaciones previstas en la plantilla. Además, el circuito tiene decidido no volver a asumir el coste de la prueba de Superbike y prevé reducir sus gastos operativos en la organización de eventos.

Con estas medidas, Cirjesa entiende que "debe entrar en una senda de resultados positivos y empezar a cubrir las pérdidas acumuladas de ejercicios anteriores". "Esto contribuirá a la mejora de la situación de desequilibrio financiero y a normalizar el periodo medio de pagos a niveles legalmente establecidos", añade. A día de hoy, el trazado tiene una deuda a largo plazo de unos 5,3 millones de euros y unos débitos con proveedores que rondan los 3,5 millones.