Trabajo da la razón a un empleado municipal que estuvo un año aislado
El Defensor del Pueblo ha intentado sin éxito recabar la versión del Ayuntamiento
A Juan Zarzuela le han dado la razón tanto la Dirección General de la Inspección de Trabajo como el Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo. Durante más de un año este trabajador del Ayuntamiento de Jerez tuvo como centro de trabajo el colegio Merced Coronada, en Picadueñas Baja, "un centro educativo cerrado al público, en el que no había agua corriente y hasta los servicios estaban inoperativos". Los casos similares al suyo, cuando acaecen en despachos en vez de en colegios ruinosos , son calificados como 'el síndrome de la jaula de oro'. Y está calificado como una práctica delictiva.
La Inspección de Trabajo instó al Ayuntamiento el pasado 9 de marzo a que "de forma inmediata le proporcionara trabajo adecuado a su categoría profesional (oficial de 1ª electricista), no pudiendo éste permanecer inactivo en unas instalaciones que no están siendo usadas como centro de trabajo y que en tal caso deberían reunir las condiciones de seguridad y salud" reglamentadas.
Zarzuela sale a la luz pública "con el único objetivo de que ningún otro trabajador municipal deba pasar por lo que yo he pasado". Su único 'delito' fue "ocupar durante cinco años el primer puesto de la bolsa de empleo municipal e impedir que una persona ocupara el puesto que me correspondía porque era amigo de determinadas personas". La persecución de la que dice ser objeto comenzó de inmediato. "El primer roce fuerte fue cuando me ordenaron que fijara con maderas unos reflectores en una carpa metálica en la que se iba a celebrar la Fiesta del Pavo (la rifa navideña de los funcionarios jubilados). Hacer eso era una locura. Me negué o que me lo ordenaran por escrito". Corría el 21 de diciembre de 2001. Los trabajos inseguros "se sucedían uno tras otro". Tras ocho años "me envían a Educación para reparar problemas eléctricos en los colegios tras conseguir mantener mi misma categoría". Un día recibe un parte en el que se le pide que vuelva a dar luz a una clase del colegio Poeta Carlos Álvarez que se ha quedado sin ella. Lo hace "pero el secretario me recuerda que ese es un asunto menor, que lo verdaderamente grave está en la puerta, donde una caja de acometidas estaba al aire, a unos metros de por donde entran los niños. Lo arreglo también por seguridad, por profesionalidad y, sobre todo, para evitar desgracias".
Juan Zarzuela asegura que recibió una bronca por ello, a pesar de los informes positivos de los directores de los colegios en los que trabaja. Es enviado entonces a la 'oxidada jaula' del colegio Merced Coronada. Allí, sin nada que hacer, estuvo desde el 11 de mayo de 2010 hasta el 27 de mayo pasado. En todo ese tiempo tan sólo recibió el encargo de limpiar unas paredes con agua para que los pintores pudieran trabajar. "No lo hice porque soy electricista, no pintor".
Ayer mismo terminó de presentar las denuncias correspondientes "porque quiero que no se le echen después culpas al Ayuntamiento de Jerez ni al nuevo equipo que va a entrar en los próximos días pues la responsabilidad no es de ellos".
En Sevilla, el Defensor del Pueblo sigue esperando que el Ayuntamiento al menos se defienda. Pese a los reiterados intentos no lo ha hecho "por lo que me han dicho que el caso será trasladado directamente al Parlamento andaluz".
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