Zapatos para heredar

A sus 30 años, Abraham Zambrana lucha por abrirse hueco en el mercado del calzado. El joven zapatero, natural de La Barca, puso en marcha hace unos ocho meses su propia línea de calzado después de trabajar casi 14 años la piel en un taller propio de guarnicionería. Tras eso, el destino lo llevó a la Real Escuela para después marchar, donde descubrió "el arte del calzado" y decidió montar un taller en su casa de la pedanía jerezana. Tras ser reconocido con el premio 'Ciudad de Jerez' 2015 a la Creación -"por su esfuerzo para innovar el calzado"-, a principios de febrero volvió a participar en la MFShow Men para presentar su colección de invierno 2017 y ahora su objetivo es la feria de la moda de Florencia, la Pitti W Woman.

Toda esta aventura capitaneada por Zambrana es posible gracias al apoyo de una asociación de Tenerife (Tenerife Moda) y el tándem compuesto por el barqueño y Lucas Balboa, diseñador tinerfeño que pone la ropa al resto del conjunto que presentan en pasarela. El taller donde se fabrican los 'zambrana' se encuentra ahora mismo en Valverde del Camino. Como explica el joven, "comencé en La Barca, luego marché a Tenerife y ahora estoy en Huelva. Me hacía falta más espacio y allí dispongo de todo, además es donde más profesionales hay en tema de maquinaria y pieles".

Tras este tiempo dedicado al mundo profesional de la moda, Abraham Zambrana hace balance y reconoce entre risas que "sí, es tan complicado como parece desde fuera. Ya es difícil introducirse, pero una vez que estás dentro tienes que presentar una colección cada seis meses, por lo que tienes muy poco tiempo. Te calientas la cabeza, la haces, la presentas, gusta o no gusta y a los seis meses vuelta a comenzar ¿Qué pasa? Que en medio año a lo mejor no te ha dado tiempo de vender esa colección porque eres nuevo, estás empezando y no te conoce la gente. Eso es lo que corrompe a la mayoría de los diseñadores, que la propia industria te obligue a un desembolso enorme cada poco tiempo porque presentas a fondo perdido. Mi producto además tiene un coste añadido que es la artesanía".

Aún así, el barqueño aguanta y acaba de salir de su segundo desfile en la MFShow Men, "aprendiendo sobre todo de los errores de la primera vez y ahora disfrutando mucho más -dice con una sonrisa-. La verdad es que he tenido bastante éxito con la colección de invierno, a ver qué tal va con la colección de primavera que sale en breve". El joven, además, ha negociado un punto de venta en Madrid -"si no estás en la capital no eres nadie", reconoce-, que se suma a los de Málaga y Tenerife, aunque sigue funcionando mayoritariamente por internet (www.abrahamzambrana.com).

¿Por qué zapato exclusivamente masculino? Abraham Zambrana tiene una respuesta clara: "Hago mis diseños pensando en mí, en qué me pondría. A mí me gusta terminar un zapato y poderlo lucir, por eso no me creo creando uno de mujer, además hay tanta competencia...". El emprendedor califica su colección, además, como "un zapato artesanal partiendo de la base ancestral de lo que es el zapato, como un derby, con un corte clásico pero con colores modernos, con un toque divertido y algo que lo identifique del resto pero sin perder la raíz de lo que es un zapato de verdad, con clase y elegancia".

Eso sí, tiene muy claro su nicho de mercado, ya que "sé que no es un calzado barato, por eso me dirijo a una persona amante de los zapatos y que reconozca que es una inversión para toda la vida. Busco incluso esa concepción que tienen los ingleses, que muchos dejan zapatos de buenísima calidad como herencia para sus hijos". Zambrana, además, da algún 'tip' para reconocer cuándo un zapato es bueno de verdad. "Lo primero que hay que mirar es el forro -confiesa-. Tiene que ser de la misma calidad que la piel de fuera, en mi caso yo utilizo ternera que es lo mejor que hay. Si fuera por ejemplo, de cabra, bajaría su precio y ya no sería un zapato de lujo".