Los años del estraperlo

Jerez, tiempos pasadosHistorias, curiosidades, recuerdos y anécdotas

El pan blanco se vendía a escondidas, tras las puertas entornadas de algunas casas, por mujeres que portaban grandes bolsas con diversos artículos comestiblesBARRAS DE PAN. El pan fue, en los años de la 'jambre', el principal artículo de venta del estraperlo, ya que prácticamente el del racionamiento no se podía comer. (FOTO DE ARCHIVO)

Los años del estraperlo

20 de octubre 2008 - 01:00

¿Quien que pase de los setenta no recuerda los terribles años del racionamiento y del estraperlo? Porque una cosa venía unida a la otra. Al escasear los artículos comestibles, abundaban quienes se enriquecían con el estraperlo, vendiendo a escondidas alimentos que eran muy difícil de conseguir, como no fuera de esa manera, y contradiciendo, por supuesto, las duras normas de abastecimiento dictadas por el gobierno de la nación. Sobre todo, uno recuerda aquellas mujeres que se escondían tras las puertas de algunas casas, para vender su codiciada mercancía de pan blanco, que solían llevar en grandes bolsas de palma. Un pan riquísimo, que sabía a gloria, con contraposición con el amarillento pan de maíz, cuando no hecho con otra harina más oscura, de los famosos chuscos que diariamente se nos entregaban, a cambio de los cupones de la cartilla del racionamiento de la siniestra Junta de Abastos.

Esto, naturalmente, ocurría después de la guerra incivil española, en la década de los cuarenta, en los acertadamente llamados por nuestro pueblo 'los años de la jambre', de infausta recordación., en que escaseaba de todo; aunque sino todo, muchas cosas podían conseguirse de forma siempre oculta, en casas particulares y, a veces, en algunas conocidas tiendas de barrio, si se sabía dar con ellas.

El estraperlo se puso a la orden del día a pesar de la persecución del mismo por las autoridades franquistas, que incluso publicaba en la prensa los nombres de las personas e industriales, sancionados fuertemente por la autoridad gubernativa. Como se sancionaba igualmente a las personas que se negaban a aceptar el emblema semanal de Auxilio Social o el de la postulación anual del llamado Frente de Juventudes, ambos obligatorios, sobre todo para los propietarios de cafés, bares, cines y salas de espectáculos, que no podían servir artículos, ni permitir la entrada en sus locales, a aquellas personas que no portasen el consabido emblema; lo que daba lugar a la consabida picaresca, de pasarse el emblema unos a otros, para poder entrar en el Villamarta, por ejemplo, lanzándolo por las ventanas a los amigos que esperaban en la calle.

Acorde con la rígida dictadura impuesta, tras la guerra, en los primeros años cuarenta continúa la depuración de funcionarios civiles, relacionados o no con el partido. En 1943 dimite el alcalde Andrés Fereán y provisionalmente se hace cargo de la alcaldía, el concejal Urbano Herrero Serrano; sucediéndole en el cargo el camisero de la Lancería Sebastián Carrasco Ruiz, quien publica una nota, en el verano de 1944, justificando la escasez en el racionamiento de café; lo que traería la llegada del sucedáneo, viéndonos los jerezanos obligados a mezclarlo con malta, cebada o achicoria; y a veces, las más, sin mezcla de la codiciada semilla. Sobre todo, los poseedores de cartillas de tercera categoría, ya que los de primera y segunda, eran más privilegiados y algo venían a recibir, para poder preparar la acostumbrada infusión del desayuno de cada mañana. Ya corrían rumores de abundantes anomalías en el suministro del racionamiento. Aunque a partir del 14 de julio del cuarenta y cuatro se aumenta algo el racionamiento del pan, pasando a pesar los célebres chuscos algunos gramos más.

Es tanta la escasez de víveres y el hambre que sienten muchas familias necesitadas, que las cocinas económicas de San Vicente y El Salvador, no dan abasto para atender a tantos jerezanos como acuden a las mismas, por lo que, en 1947, se pide a las clases pudientes que ayuden al mantenimiento de las mismas; lo que hacen con generosidad los exportadores de vinos y la Hermandad de Labradores. Mientras tanto, sigue el racionamiento de pan, aceite, arroz, lentejas, patatas, azúcar y pasta para sopa, entre otros artículos de primera necesidad.

No obstante, el estraperlo continúa; especialmente el del pan; y también el del trigo y cereales; mientras la autoridad gubernativa sigue imponiendo fuertes multas, en toda la provincia, en materia de abastos; sobre todo, por la venta clandestina de artículos para el consumo; al tiempo que la alcaldía hace saber que 'los comerciantes desaprensivos dificultan el abastecimiento justo'; señalando la crisis por la que atraviesa el campo y la industria jerezana. En 1948, se aumenta en 50 grs. la pieza racionada de pan y se crea un racionamiento supletorio para madres gestantes; al tiempo que en el Mercado Central de Abastos, el Ayuntamiento organiza un nuevo sistema de compras, para controlar - se dice - los precios y la calidad de la carne. Nacen así, los llamados 'puestos reguladores'.

Por escasear, en Jerez, llegó hasta a escasear el agua, ya que tras varias prolongadas sequías, bajó considerablemente el nivel de los depósitos de Tempúl, por lo que se hizo necesario que el Ayuntamiento presentara al Gobierno un ambicioso proyecto de abastecimiento del líquido elemento, consiguiéndose que este aprobara la traída de aguas del Pantano de Guadalcacín, con una capacidad de ochenta litros por segundo; con lo que parecía que así podría quedar asegurado el abastecimiento a la población.

Por fin pasaron los fatídicos años cuarenta, considerados como los más funestos para la adquisición y consumo de artículos de primera necesidad; escasez que aún habría de dejarse notar en otras muchas cosas, durante bastante tiempo; hasta que poco a poco fue desapareciendo el estraperlo y, consecuentemente, los estraperlistas; algunos de los cuales llegarían a reunir cuantiosas fortunas, con las que pasados los años de penuria, pudieron crear otros negocios, más o menos prósperos; montados a costa de las numerosas necesidades de sus conciudadanos; muchos de los cuales vivieron y murieron, esos horribles años de la jambre y el estraperlo, en la mayor de las miserias.

2 Comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último