Unas aulas que tratan de 'echar' pronto a los alumnos
Educación
El profesorado ha logrado que los estudiantes ya no tengan que estar allí hasta los 21 años como antes, sino que se integran lo antes posible en colegios ordinarios
El embrión inicial del Colegio Provincial de Sordos, según explica su actual director, Joaquín Herrero Priego, "fue el Centro de Rehabilitación de Sordos, dependiente de la Diputación provincial, que se ubicó en los sótanos del Hospital de Mora de Cádiz, junto al mortuorio de dicho hospital y que comenzó su andadura en el año 1968". La unidad dependía del jefe del servicio de otorrinolaringología del Policlínico, Juan Bartual y contaba con una sola profesora que atendía a unos siete alumnos. En el curso 73-74 se firma un convenio entre el Ministerio de Educación y la Diputación para la creación del Centro de Educación Especial Hospital de Mora, que logró consolidar el carácter educativo del centro.
En el curso 75-76, con el fin de mejorar las instalaciones, el centro se trasladó al complejo educativo 'El Madrugador' de El Puerto y en el siguiente curso regresa a Cádiz, concretamente a la Calle Veedor. Era una típica casa gaditana con un patio interior de veinte metros cuadrados alrededor del cual se ubicaban las clases. Después de estar dos años en este lugar, el centro se traslada al colegio menor Primo de Rivera, de Jerez, situado en la avenida de Carrero Blanco. El edificio se acondiciona y se utilizan las dos primeras plantas para las aulas y la tercera como internado, que comienza con la pernoctación de unos doce alumnos. En el curso 79-80 la Asociación de Padres de Alumnos (Ampa) adquiere en la calle Martín Ferrador de Jerez un chalet que convierten en el Hogar Infantil Nuestra Señora del Silencio, que acoge a los alumnos internos.
En el curso 81-82 se construye las actuales instalaciones en la zona denominada Rancho Colores, pero el acceso desde la carretera nacional presenta graves problemas y el centro no puede ser inaugurado. En enero del 82 el centro se traslada provisionalmente a unos bajos comerciales del edificio Puerto Mar de Valdelagrana, en El Puerto. En 1983 "y con innumerables carencias como falta de teléfono y agua caliente", el centro se traslada definitivamente a su nuevo edificio, que cuenta dentro del complejo educativo con una residencia para los alumnos en régimen de internado. El próximo año se cumplirán treinta de la inauguración del actual edificio.
Aunque el número de alumnos matriculados es de 46, hay que añadir once en escolarización combinada, que van a clase a otros colegios, y diez en atención temprana, así que en total son 67.
Para atenderlos hay 17 profesores, de los que cuatro también prestan sus servicios de forma itinerante en otros centros. Así, el número de alumnos por aula es de seis a ocho, con lo que la educación es muy personalizada. También hay que añadir ocho personas con labores no docente.
En cuanto a la oferta educativa, se atiende al alumnado con discapacidad auditiva desde su nacimiento hasta los 20 años en las siguientes modalidades: atención temprana, rehabilitación de implantes cocleares, Educación Infantil, Primaria y Programas de Transición a la Vida Adulta y Laboral (PTVAL) en las especialidades de carpintería y diseño y moda. El centro atiende a alumnos de toda la provincia, tanto en régimen externo como interno. Cuenta con transporte escolar con Cádiz, San Fernando, Chiclana, Puerto Real, El Puerto, Jerez, Sanlúcar, Rota y Alcalá de los Gazules. Asimismo, ofrece comedor gratuito.
Entre las principales cualidades del colegio, el director explica que "el profesorado tiene una alta cualificación profesional y realiza de manera permanente actividades de actualización y perfeccionamiento, acudiendo a congresos nacionales e internacionales, jornadas de trabajo y cursos. Es un equipo humano muy cohesionado y comprometido con la labor docente. Además, los talleres de carpintería y diseño y moda nos permiten dar a nuestros alumnos una formación laboral que les capacita para el acceso al mundo laboral. Muchos de ellos están trabajando en empresas de carpintería con resultados muy satisfactorios". Asimismo, el colegio está coordinado con los equipos de Implante Coclear de diferentes centros hospitalarios como la Clínica Universitaria de Granada, el Hospital San Cecilio de Granada o el Hospital Virgen Macarena de Sevilla.
Pero en definitiva, lo que Joaquín Herrero quiere resaltar es que "el objetivo prioritario es que nuestros alumnos permanezcan aquí el menor tiempo posible, sólo el suficiente para que adquieran la lengua oral (aprendan a hablar) y puedan integrarse en un centro ordinario". Hace veinte años los alumnos sordos que entraban en el colegio permanecían en él hasta los 21 años en un porcentaje cercano al 70/80%, pero en la actualidad solo un 10 % realiza su escolaridad completa en el centro. El 90% restante o no llega a escolarizarse o su escolarización no va más allá de los tres años que dura la etapa de Educación Infantil lo que, para el director, "supone un éxito educativo y una mejora significativa en la consecución de nuestra meta".
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