Jerez, tiempos pasados Historias, curiosidades, recuerdos y anécdotas

Aquellos bailes de salón

  • Aunque la Iglesia los combatía por inmorales, los bailes de salón se practicaron mucho en la primera mitad del pasado siglo y en Jerez hubo salas especializadas en lo que entonces se llamaba baile ‘agarrao’, con asistencia de gente joven.

 No  sabemos si ahora hay en Jerez sitios a los que poder ir a bailar, lo que se dice el baile ‘agarrao’, o baile por lo fino. La verdad es que lo ignoramos. Tampoco nosotros hemos bailado nunca; ni ahora, ni cuando fuimos jóvenes. Nuestras aficiones iban por otros derroteros. Pero sí conocimos algún que otro salón de baile y en ellos vimos bailar a gente joven de mediados del pasado siglo. El más concurrido era el de la sede del C.D. Hércules, en la plaza de las Cocheras, donde nosotros dimos la primera conferencia de flamenco de nuestra vida, ilustrada con viejas placas de pizarra de Manuel Torre y de don Antonio Chacón, grabadas en un magnetofón enorme que, para la ocasión, nos prestó nuestro amigo el novelista jerezano Ángel Balao, hermano del guitarrista José Luis Balao.

 En el local del Hércules, situado en planta alta, había un pequeño estrado a la derecha del salón, donde se situaba la pequeña orquestina que amenizaba las veladas y, en frente, contra la pared, se sentaban las madres de las jovencitas que iban a bailar. Alrededor del salón, se mantenían en pie los jóvenes bailarines. Las músicas eran generalmente boleros y pasodobles. Todavía no habían llegado a Jerez otras melodías más modernas, como el bugui-bugui, el rock, etc. Los cantantes de moda eran Antonio Machín, Jorge Sepúlveda, Bonet de San Pedro y otros por el estilo. Aún no habían aparecido ni Julio Iglesias, ni Raphael, ni otros de su misma cuerda. 

 Cuando la orquestina comenzaba a tocar, los muchachos se acercaban a las sillas dispuestas para las madres y sus hijas, y les pedían compartir un baile. Naturalmente agarrado. Bailes de parejas unidas; mientras las madres vigilaban; y si veían algo que no les gustara, se levantaban y separaban a la pareja. Así lo veíamos nosotros, mientras nuestros amigos se divertían bailando. Porque, por nuestra parte, nunca conseguimos – a pesar de intentarlo -  dar un paso, tras otro, a compás de ritmo alguno. No tuvimos esa suerte.

  Otro sitio donde vimos que se bailaba, en la misma época del mediados del siglo XX,  era un saloncito interior, más bien un patinillo, de un freidor que había en la calle Larga, donde ahora está más o menos el BBVA. Frente a esa horrible fuente de la rotonda de los antiguos casinos. Allí recordamos haber visto actuar a una orquestina, compuesta por tres músicos, uno de ellos  medio ciego, que pulsaba un enorme acordeón, otro hacía sonar una batería y un tercero creemos que un violín. Al final de cada número pasaban el platillo y los asistentes les echaban algunas monedas.     

 Como el lugar era más bien chico y estrecho, las parejas de baile eran menos numerosas y, por otra parte, aquí no había sitio para que las madres pudieran estar sentadas, mientras vigilaban. Es más, no recordamos haber visto en este ‘salón’, a ninguna madre, por lo que imaginamos que más bien debería ser un lugar clandestino y desconocido para ellas.    

Es muy posible que en algún que otro lugar de nuestra ciudad existiesen más salones, clandestino o legales, de estos de los llamados ‘bailes agarraos’. Nos parece que sí, pero no estamos seguros. Nosotros, al menos, no los recordamos. ¿Se bailaba en el viejo Café Madrid de la calle del Sol? ¿O tal vez, en el bar La Fábrica, de la Cruz Vieja?  ¿Y en La Vega antigua, donde se ofrecían numerosas atracciones musicales y de flamenco? Puede que sí, pero la verdad es que nosotros no las conocimos y, por lo tanto, no estamos muy seguros.

OTROS VIEJOS SALONES DE BAILE

 

  De lo que sí estamos seguros – y eso que no los conocimos – es de que sí existieron otros salones de baile, a principios del pasado siglo, donde se iba a bailar, y que se anunciaban como tales salones. El más famoso de todos, el llamado Gran Salón Café Tupinamba, que estaba en la plaza de los Silos, número 16. Su propietario era, el popular comerciante y conocido hostelero Onofre de Serdio, quien también anunciaba dos sucursales, en el Parque González Hontoria y en la Alameda Fortún de Torres  (Alameda Vieja), donde se ofrecían bailes por temporadas. Serdio era representante  de gramófonos, de bicicletas, de máquinas de escribir, de balanzas y alquilador de pianos. En el Tupinamba, además de bailar, se podía tapear, beber cerveza, tomar un helado o comer buñuelos. Al menos, así se anunciaba en 1915.

 Otros salones de baile de la misma época, más o menos, eran los llamados ‘Gran Kursaal Jerezano’, en calle Ávila 4; ‘El Bataclán’, que estaba en la calle Lealas 34; el Salón Barrera, en  la plaza de Peones número 2 y otros que pudiéramos calificar más bien de cabarets, pues ahí no iban a bailar las muchachas que se consideraban  decentes, sino bailarinas profesionales de las que se anunciaban como ‘bellas señoritas’,  y que frecuentaban salones como el Palma Hontoria y Las Campanillas, ambos  en la carretera de Trebujena; el Gran Salón Maravillas, en la calle Cervantes – por donde ahora están los Museos – donde en el año 1932, “actúan ocho elegantes señoritas, procedentes de los principales cabarets de España”, y algún otro como el célebre ‘Stambul’ y la conocida Venta Maribal, donde sí se ofrecían, además de las consabidas señoritas, también llamadas ‘chicas de alterne’, algunas que otras atracciones musicales. No hay que olvidar que, en aquella época, para la Iglesia, los modernos bailes llamados ‘agarraos’ eran como bailar con el demonio. Así se lo hacían saber a los jóvenes, con carteles que difundían en templos y centros religiosos, de acción católica, principalmente.

 Aparte solían abrirse, esporádicamente, otros salones para bailes de máscaras, en tiempo de Carnavales, los cuales disponían de restaurante y barra con toda clase de bebidas. Incluso el Teatro Villamarta, en sus primeros años, convertía el patio de butacas en una grandiosa sala de bailes de disfraces.

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