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BARRIOS chapín

Un barrio marcado por la movida juvenil en sus calles

  • La parte trasera de la avenida Lola Flores continúa siendo un foco de problemas para los vecinos que piden que se valle

Tras algunos meses en silencio, la asociación de vecinos de Chapín ha vuelto a hacer pública sus quejas y problemas. Un colectivo encabezado por Ángel Magro, desde donde no dudan en reconocer que en el último año "el Ayuntamiento nos ha atendido en muchas de nuestras peticiones". Sin ir más lejos, la entrada en vigor de la 'ley antibotellón' ha permitido que parques como Iguazú se hayan visto liberados de las consecuencias de la movida de los jóvenes.

Aún así, la lucha de estos vecinos para conseguir su derecho al descanso sigue siendo una batalla abierta. Recientemente, por ejemplo, la apertura de un nuevo 'pub' de moda puso a los vecinos en pie de guerra, hasta que el Ayuntamiento actuó y revocó la licencia al estar calificados los alrededores la avenida Lola Flores como 'zona saturada acústicamente'. Pese a estos logros, los residentes siguen manifestando su deseo de buscar una solución definitiva a la parte trasera de la avenida Lola Flores. "Hay muchos locales cerrados que sus dueños no pueden aprovechar montando un negocio por miedo al vandalismo que existe en este área", explica Magro. De hecho, la intención de los afectados es que se valle esta zona para impedir que los locales sin utilizar sean ocupados por jóvenes y por vagabundos. "Hacen ahí sus necesidades, hemos encontrado maletines robados y para los residentes el jaleo es horroroso", apunta el representante vecinal. Al mismo tiempo, estas circunstancias provocan el deterioro de la vía pública ya que los fines de semana, "ante la falta de aparcamientos, dejan los coches sobre las aceras". Por otra parte, los vecinos apuntan que hay algunos locales que sobrepasan el aforo permitido, unas quejas que el Defensor del Ciudadano ya está estudiando, ante el grave peligro que este hecho puede provocar.

La existencia de una vivienda vacía ha provocado el temor entre los vecinos. Justo detrás del instituto Seritium, hay una parcela de gran tamaño "donde los chavales se meten, hacen pintadas y forman ruido". De hecho, hay que recordar que hace ya más de un año "se registró un incendio en los árboles de esta finca y los vecinos temieron que pudiera extenderse". Un lugar que, además, se ha convertido en un foco de ratas por lo insalubre de este espacio abandonado.

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