Las bodegas inician la carrera para garantizarse uva de la próxima vendimia

Las bodegas del Marco de Jerez han empezado a moverse ya para garantizarse las entregas de uva de la próxima campaña, en la que se prevén nuevos problemas de escasez de cosecha de uva por las secuelas de la sequía. Pese al lluvioso comienzo del año agrícola, la sequedad de la última campaña ha debilitado las varas de las cepas -en los viñedos que se aplica el tradicional sistema de poda de vara y pulgar-, por lo que salvo vuelco inesperado, la próxima vendimia será algo mejor que la de este año, pero insuficiente para atender las necesidades de las bodegas del Marco.

El presidente de los viñistas independientes de Asevi-Asaja, Francisco Guerrero, asegura que la mayoría de las firmas jerezanas, salvo una o dos de las grandes, tienen que reponer existencias la próxima campaña, con lo que la demanda podría estar muy por encima de la producción. Esto explica que las bodegas se hayan puesto ya manos a la obra para tratar de asegurarse un mínimo de materia prima entre los pocos viñistas que carecen de contratos de entrega de la uva.

Los contratos entre bodegas y viñistas se han prodigado en los últimos meses tras los problemas registrados en la última vendimia, entre las más cortas del Marco de Jerez, con una caída de producción del 20% respecto al año anterior. La escasez de materia prima, que se extiende a las cooperativas, desde las que han dado salida a toda su producción de vino del año- se ha traducido en una subida del precio, más moderada en la uva que en los mostos.

En el caso de los viñistas independientes, los últimos contratos suscritos se extienden por tres campañas, con un precio de salida por kilo de uva de en torno a 30 céntimos de euro -de 45 a 50 pesetas en la moneda preferida por el sector- y una revalorización anual de tres céntimos -5 pesetas-.

El presidente de Asevi espera que el interés de las bodegas repercuta en una mayor subida del precio de la uva para aproximarse a los mostos de las cooperativas, que a diferencia de los viñistas, sujetos a un producto perecedero, pueden presionar más a las bodegas al poder almacenar sus producciones.