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Coag-cádiz

La deliciosa 'falsa' fruta

  • La fresa inunda todos los mercados en primavera con su característico color y su agradable sabor que la hacen irresistible

Cuando hablamos de fresas y fresones, inmediatamente se nos viene a la cabeza las principales localidades freseras de la provincia de Huelva: Lepe o Palos, por ejemplo. Efectivamente, en España, la provincia de Huelva es la más especializada en este cultivo, representando más del 65% del volumen de producción a nivel nacional. Pero hay que tener en cuenta que no lo produce en exclusividad. La comarca del Maresme, que pertenece a Barcelona, Valencia y Extremadura son otras regiones nacionales con importantes fresales. Francia y Alemania son los principales clientes y Reino Unido, Bélgica, Holanda, Suiza y Austria demandan también este fresón temprano y de alta calidad. Otros países productores son Italia, Israel y Estados Unidos.

La provincia de Cádiz, que prácticamente tiene de todo, también es productora de fresas. Además de las zonas tradicionalmente hortícolas como Conil, Sanlúcar o Chipiona, la fresa también se cultiva en localidades de la Sierra de Cádiz como Puerto Serrano, donde fue introducida por jornaleros que emigraban como temporeros a Huelva, por lo que ha creado empleo en esta zona de la Sierra, ya que se trata de un cultivo que necesita mucha mano de obra.

Las fresas, en realidad, son un falso fruto del fresal, típico de zonas húmedas y climas templados. Los verdaderos frutos son esos 'granitos' que vemos sobre su superficie, llamados aquenios.

Existen varias especies de fresales, plantas rastreras del género Fragaria, nombre que se relaciona con la fragancia que posee (fraga, en latín), cultivadas por su fruto comestible. Las más comunes son la fresa europea, más pequeña y delicada, de sabor más dulce, y la fresa americana o fresón de mayor tamaño y resistente, aunque menos dulce y sabrosa.

Si bien son conocidas sus numerosas virtudes culinarias, sobre todo en repostería, no menos importantes son sus cualidades nutritivas y terapéuticas que las convierten en un remedio muy empleado en medicina natural. Apenas aportan calorías (30 kcal/100 g), por lo que resultan muy recomendables para personas con regímenes alimenticios bajos en calorías y son una excelente fuente de vitaminas antioxidantes, vitamina C, betacarotenos y vitamina E, que nos protegen de la acción de los radicales libres implicados en el envejecimiento celular, cáncer y otras enfermedades como la aterosclerosis. Contienen agua en elevada cantidad, hidratos de carbono en proporción moderada, calcio, hierro y potasio y cantidades mínimas de proteínas, grasas. Así mismo, son una buena fuente de fibra alimentaria.

Además, en su composición están presentes una serie de sustancias no nutricionales que, sin embargo, realizan interesantes y saludables acciones sobre el organismo. Su color es debido a la presencia de unos pigmentos vegetales llamados antocianos que también son responsables de sus propiedades antioxidantes. Al mismo tiempo son diversos los ácidos orgánicos que contiene como ácido salicílico y oxálico.

Características

Los fresales florecen desde finales del invierno hasta principios del verano, por lo que los frutos maduran durante toda la primavera y bien entrado el verano; desde el mes de marzo hasta julio. Estas frutas desprenden un perfume inconfundible cuando se encuentran en su punto óptimo de consumo que les hacen reconocibles a distancia. El calor, el transporte y la humedad son sus mayores enemigos, deteriorándose con suma facilidad debido a su estructura delicada, tierna y poco consistente.

Las características de esta fruta son forma cónica a casi redonda, en función de la variedad; en cuanto a su tamaño y peso, los fresones se calibran midiendo su diámetro. Los calibres más comercializados van desde los 18 a los 22 milímetros o más, siendo las fresas de menor tamaño. Los fresones tienen un peso aproximado de 25 gramos. El color es rojo brillante o rojo anaranjado, en función de la variedad de cultivo, y su sabor presenta una carne perfumada, jugosa y mantecosa, que se deshace en la boca a la mínima presión, con un sabor que varía de ácido a muy dulce. Lo que más caracteriza a estas frutas es su intenso aroma, capaz de impregnar con su perfume penetrante, varios metros a la redonda.

A la hora de elegir las fresas y fresones, hay que asegurarse de que sean frutas gruesas, brillantes y de apariencia fresca, ya que son alimentos muy delicados y perecederos. No hay que dejarse influir por el hecho de que pesen poco o porque los extremos de sus pedúnculos sean más claros. Deben comprarse con los tallos intactos y no se han de retirar hasta que se hayan lavado para mejorar su conservación.

Se conservan mejor si se guardan en el frigorífico o en un lugar fresco, oscuro y ventilado, lo más esparcidas posible en una fuente o plato llano. En estas condiciones se pueden conservar hasta 4-5 días, si no están muy maduras.

En cuanto a su preparación, hay dos reglas de oro a la hora de manejar tanto fresas como también los fresones. Por un lado, no es conveniente manipularlas en exceso y tampoco exponerlas al calor. Hay además que lavarlas en el último momento antes de servirlas, justo un poco antes de quitarles el rabo y sin dejarlas a remojo para que no pierdan su jugo.

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