La batalla
La esquina abandonada de Torresoto
Una casa vacía y un solar asilvestrado en la cuesta de la Alcubilla provocan el malestar de la zona "Cualquier día sale esto ardiendo y nos coge a nosotros", denuncia un vecino
Salvador García no sabría decir cuántos años tiene exactamente la casa contigua a la suya, que señala un enorme contraste. La de la esquina entre la Alcubilla y Torresoto señala esplendores de otro tiempo, que algún día brilló cuando pegaba el solecito de la mañana. Hoy las paredes están desconchadas y la maleza crece junto a un limonero asilvestrado. Por su ubicación, a unos 200 metros de la Alameda Vieja, esta antigua casa de autoconstrucción sigue siendo un rincón coqueto. Cuenta con dinteles ornamentados y remates que no se suelen ver, como un frontón semicircular encima de la puerta. La de García es un poco menos vistosa pero se mantiene llena de vida, con sus macetas a la entrada y sus paredes blancas impolutas. "Mi casa la construyó mi abuelo para que viviera en ella mi madre. Luego la heredé yo. Nací aquí y tengo 72 años. La casa de la esquina la recuerdo de siempre, no puede tener menos de 80 ó 90 años. Lo mismo llega a los 100", cuenta.
Las dos casas están separadas por un descampado, que lleva casi una década abandonado. "Tiraron la casa que había y desde entonces se ha estado metiendo gente a hacer sus necesidades, a dormir y todo eso". En el solar se pueden ver colchones viejos y algún casco de botella. "El problema son los bichos. Llevo años denunciándolo en el Ayuntamiento, pero tú eres el primero en venir a preguntar por esto". De la antigua casa del descampado quedan los escalones de la entrada y algún ladrillo partido. Lo demás se lo ha comido una maleza que alcanza metro y medio de altura. "Los olores son insoportables, sobre todo ahora que está llegando el calor. Sería el año pasado cuando mi nieto estaba jugando en el patio de mi casa y nos encontramos por los muros bajando garrapatas. Así no podemos estar".
El temor no reside sólo en la evidente falta de salubridad del descampado, sino en el riesgo palpable de que ocurra algún suceso. "Unos días antes de final de año, a eso de las dos o las tres de la mañana, salió ardiendo y por poco coge al resto de casas. Había hasta un coche aparcado justo al lado", denuncia una vecina cuya vivienda está situada en la trasera del solar. Un puñado de cables baja desde Torresoto hacia la Alcubilla sostenido en las fachadas de las casas. Por la esquina de la vivienda semiderruida se sostiene, pero a su paso por el descampado hasta la casa de Salvador toca el suelo, apenas visible entre las malezas. "Se descolgó hace tiempo, y lo denunciamos también pero no nos hicieron caso", lamenta Salvador. Incluso, un cuadro eléctrico que debiera apoyarse sobre la fachada de la extinta estructura cuelga sólo por el peso de los cables, balanceándose al ritmo del viento. "Cualquier día que haya un problema nos coge a nosotros en casa".
Otra de las cuestiones de la zona es la de los 'okupas'. En la casa de la esquina vivió una persona hasta que el Ayuntamiento, según cuenta Salvador, decidió tapiar las puertas y las ventanas para impedir que se colaran allí, aunque tampoco han dado problemas. "Un poco más para allá", dice señalando una de las callejuelas del entorno, "se ha metido una pareja. Ellos mismos pusieron las cerraduras de las puertas y colocaron las ventanas". El conjunto de casas de la parte baja de la avenida de Torresoto parece un oasis entre el tráfico de una de las circunvalaciones más concurridas de Jerez. Al mediodía se escucha incluso un gallo cacareando.
Salvador García espera que a través del reportaje el Ayuntamiento se haga cargo de la situación del descampado. "Nada más que haría falta que cortaran las hierbas altas, con eso valdría", dice, "porque así sería mucho más complicado que salga ardiendo esto", a pesar de los cables de tensión que cuelgan de forma precaria por ahí. Sobre los actuales propietarios tanto de la casa como del solar, el vecino no sabe a quién puede reclamar, pues aquellos con los que compartió calle durante tantas décadas fallecieron hace tiempo. "Hubo algún lío de bancos, pero lo cierto es que por aquí no pasa nadie que se vaya a dedicar a limpiar. A ver si sacándolo en el periódico se soluciona".
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