La familia Espinosa compra la marca Díez-Mérito a herederos de Eguizábal
En la operación han entrado un millón de litros de jerez, 800.000 de brandy y vinagre. "Tres décadas después la firma vuelve a manos jerezanas", destacan los compradores.
La familia Espinosa, compuesta por conocidos viñistas del Marco de Jerez, se ha convertido en bodeguera. Y lo ha hecho además a lo grande pues ha comprado la conocida marca Díez-Mérito que ahora será Viñas y Bodegas Díez-Mérito. La compra se ha realizado a los herederos del recordado empresario riojano y presidente del club de fútbol Logroñés Marcos Eguizábal. La operación ha consistido en la adquisición por parte de la familia Espinosa de la bodega El Cuadro y Bertemati, en el entorno de las calles Fernández Herrera y Porvenir, así como del centro de producción que Díez-Mérito posee en la carretera de Morabita. La familia, pese a este paso adelante, seguirá dedicándose al cultivo de la vid tal y como es tradición en la misma. No en vano, la fanilia ocupa altos cargos de gestión en la principal cooperativa vitivinícola jerezana, Nuestra Señora de las Angustias. Además, tienen intereses en la producción de frutas tropicales en el levante andaluz.
El precio de la operación ha quedado en secreto tras alcanzar ambas partes un acuerdo de confidencialidad a este respecto.
Los compradores se hacen igualmente con los trabajadores de la compañía, que ascieden en la actualidad a un total de 16 personas. Ni que decir tiene que esta importante e histórica firma del Marco de Jerez permanecía desde hace años en el ostracismo, manteniendo grandes marcas pero con muy escasa salida productiva aunque de grandes y distinguidos productos.
Tal y como señaló ayer a este medio Salvador Espinosa, que se ha erigido en el portavoz familiar, la operación ha supuesto la adquisición de un millón de litros de vino de Jerez así como de 800.000 litros de brandy y un considerable, aunque no cifrado, volumen de vinagre de primera categoría.
"Nuestro objetivo es poner la marca en el lugar que se merece", señalaba ayer Salvador Espinosa hijo. Haciendo un poco de historia, cabe reseñar que las bodegas Díez Mérito se remontan a 1876 cuando los hermanos Díez y Pérez de Muñoz las crearon. Fue en 1892 cuando cuando se unieron a otro hermano y crearon Díez Hermanos. Fue en 1979 cuando el marqués de Díez-Mérito le dio el nombre que conserva en la actualidad hasta que en 1985 el empresario riojano Marcos Eguizábal aterrizó en la ciudad y se hizo con ella. "La marca vuelve a manos jerezanas -destacó Salvador Espinosa a este periódico- 31 años después, lo que nos satisface enormemente".
Díez Mérito cuenta con grandes marcas, como es el caso por ejemplo del Fino Imperial, muy valorado por los consumidores, así como el VORS Victoria y el pedro ximénez Vieja Solera. En pocas palabras, se puede señalar que la empresa tiene tres grandes gamas, que son la gama Mérito, la gama Pemartín y la gama más superior que es la denominada Bertola, que son vinos con un envejecimiento de más de una década (12 años). No hay que olvidar tampoco la gama de brandies de la marca Mérito, que se erigen en una de las soleras más consideradas de todo el Marco de Jerez.
A todo ello hay que añadir que en la operación de compraventa han entrado los productos de la gama Otaola, casos por ejemplo de un reconocido pacharán, así como orujos, ponches y licores de hierbas.
"Echar a andar esta importante bodega es nuestro principal objetivo", destacaba ayer Salvador Espinosa a este medio de comunicación tras reconocer que la marca ha estado años en un estado similar al de un motor al ralentí.
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