Las gasolineras de Jerez vendieron en mayo un 13% menos de combustible
La caída de la venta de turismos en un 40% y la paralización de la construcción de viviendas condenan a los surtidores a uno de los peores momentos de su historia
La venta de combustible en las gasolineras de la ciudad se sigue resintiendo como consecuencia de la caída de la actividad económica. Según manifestó a este medio el presidente provincial de los empresarios de estaciones de servicio, el jerezano Ángel Zamorano, "los precios de los carburantes siguen estando caros y las ventas se ven afectadas". "Es algo lógico -se sinceró Zamorano- pues aunque el combustible es importante en nuestras vidas no es un bien de primera necesidad".
El pasado mes de mayo el consumo de carburantes en las gasolineras de Jerez cayó de forma general en todos y cada uno de los surtidores de la ciudad. "La gasolina no podía faltar a esta desgracia económica que nos persigue", dijo Ángel Zamorano antes de cifrar la caída de ventas del mes pasado en un 13% en comparación con mayo del año pasado.
¿Dónde está la clave para que el consumo de estos productos siga descendiendo a pesar de que la economía parezca estar empezando a dar ciertos síntoma de despegue? Pues básicamente el cambio radica en que "por un lado, se coge menos el coche y, por otro, el poder adquisitivo sigue disminuyendo tras varios años de recesión. No se puede olvidar que una ciudad con cerca de 30.000 desempleados tampoco ayuda a la situación. En todo esto hay que tener claro que hay una regla de oro -añadió el presidente de las gasolineras provinciales- si no hay consumo no hay economía". Otro dato que no se puede olvidar es que una industria que movía ingentes cantidades de combustible, como es la de la construcción (transporte de materiales de obras, maquinaria de obra, coches de los empleados...) ha quedado totalmente paralizada de tres años a esta parte.
Los jerezanos que se siguen desplazando al trabajo lo están empezando a hacer sin mover el coche, que sigue aparcado en el garaje o en la calle. "La situación es dantesca, yo personalmente no he conocido nada igual en los más de 40 años que llevo como empresario. Mes a mes las ventas siguen desplomándose. Lo peor de esta situación es que no se ve luz al final túnel", dice Zamorano.
Entre las pocas esperanzas que mantienen los empresarios del sector de las estaciones de servicio se encuentra que el inicio del verano traiga turistas que necesiten que las empresas de servicios les presten determinados trabajos que, a su vez, provoquen que éstas contraten empleados y este hecho ayude a dar un pequeño tirón a la situación, "pero -añade Zamorano, pesimista- lo más probable es que en octubre todo vuelva a su sitio con nuevas caídas una vez concluya el efecto del tirón estival".
Un dato muy relacionado con la referida caída de ventas del 13% en las gasolinas y los gasóleos durante mayo es el descenso que se ha experimentado en la venta de automóviles a particulares. La venta de turismos ha caído nada más y nada menos que un 40%. La relación causa-efecto es bien sencilla: a menos automóviles, menos combustible se demanda.
El presidente de los surtidores provinciales apunta que "la tendencia de unos años a esta parte es que los vehículos nuevos se muevan con gasoil. Este hecho provoca que en las estaciones de servicio se dispense un 20% menos de gasolina que de gasoil, o lo que es lo mismo: que si se venden 100 litros de gasoil se dé salida a 80 litros de gasolina como promedio.
Los referidos datos son perfectamente extrapolables a una provincia con una situación económica muy similar a la que padece Jerez, con una alta tasa de desempleo y una economía productiva prácticamente paralizada. "Lo que nos sucede ahora -apunta Ángel Zamorano- es en gran parte la consecuencia de no poseer fábricas y de disponer tan sólo de empresas de servicios. Desde que cayó el sector de la construcción de viviendas se perdió la cuota de mercado que se demandaba en las gasolineras".
Un dato especialmente curioso es el siguiente: las gasolineras de carretera están vendiendo en la zona bastante menos combustible que las de ciudad. Se trata de un signo claro de que hay menos desplazamientos que antes de la crisis. Los camiones, los que más litros se llevaban en el tanque, ya no llenan como antes.
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