Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Balance del Gran Premio de Jerez

Los hosteleros calientan motores de cara al verano tras el lleno del Mundial

  • El sector despide un buen fin de semana con las terrazas “a rebosar” a mediodía

  • Horeca califica de “absurdas” algunas restricciones aún en vigor y confía en recuperar pronto las cenas

Ambiente motero en la avenida de Europa, zona de mayor concentración en la ciudad durante el Gran Premio de España.

Ambiente motero en la avenida de Europa, zona de mayor concentración en la ciudad durante el Gran Premio de España. / Manuel Aranda

El fin de semana del Gran Premio de España deja un buen sabor de boca entre los hosteleros, que han aprovechado la afluencia de moteros pese a la ausencia de público en las gradas y la apertura de la movilidad entre las distintas provincias andaluzas para hacer algo de caja tras la ‘sequía’ por las restricciones de la pandemia, especialmente adversas para el sector.

“Ya sólo nos queda recuperar el horario de cierre y el aforo habitual”, comenta, no sin cierta ironía, el presidente de la patronal hostelera Horeca, Antonio de María Ceballos, quien destaca el lleno “a rebosar” de las terrazas de día durante el fin de semana, “no así de las noches, que están muertas por el toque de queda”.

De María considera que, más que por el Mundial de Motociclismo, la mayor afluencia durante los últimos días cabe atribuirlo a la apertura de la movilidad interprovincial, en vigor desde el pasado jueves. “El buen tiempo, aunque haya hecho fresco por el viento de poniente, ha animado a que venga gente de fuera y eso se ha notado en las terrazas a mediodía, que ya se llenaban los fines de semana con la gente del lugar y en las que había clientes esperando para poder sentarse, por lo que ha faltado sitio para atender a los que no tenían reserva previa”.

Los hosteleros esperaban una mayor relajación de las restricciones anticovid por la buena evolución de la pandemia en la comunidad autónoma, en general, y la provincia, en particular, por ejemplo, que ampliaran el horario de cierre hasta las 23.30 horas y el toque de queda hasta medianoche para compensar a los bares de copas y las discotecas, que llevan trece meses cerrados”, indica el responsable de Horeca, quien califica de “absurdas” algunas de las limitaciones que aún pesan sobre el sector.

Horeca atribuye la afluencia a la apertura de la movilidad más que al Gran Premio de Jerez

Horeca sostiene que pese a la afluencia de visitantes, el gasto ha sido comedido, pues “no ha habido grandes dispendios, ya que la gente suele ser más desprendida cuando está de vacaciones”, por lo que espera que de aquí al verano crezca la demanda y también la oferta, ya que “aún hay muchos establecimientos que siguen cerrados porque no les compensa abrir sus puertas”.

Tras el buen fin de semana, entre comillas, de la apertura y las motos, De María confía en que el sector “vaya cogiendo el ritmo, como los trenes antiguos de vapor”, de cara al verano, por lo que espera que, a partir del levantamiento del estado de alarma el próximo día 9 de mayo, “se empiece a recuperar la normalidad con la ampliación paulatina del horario”, que a su juicio podría realizarse a razón de “media hora más cada semana, sobre todo para recuperar las cenas y aliviar la situación de los bares de copas y discotecas”.

En este sentido, prosigue, “es evidente que el horario, de por sí, no es motivo de contagio, ya que la gente ha seguido reuniéndose en casas, chalets... y si se quita el toque de queda, no tiene sentido mantener el cierre, por lo que se pueden ajustar los horarios a la demanda que tiene cada sitio”.

“Esperamos que para el verano podamos tener el horario normal y que se establezca un suplemento de una hora más para el cierre, como el que se aplicó el verano pasado para enjugar las pérdidas producidas por el covid”.

En cuanto a las limitaciones de reuniones, limitadas a cuatro personas en el interior de los locales y a seis en el exterior, y aforos, como el del 30% que rige para bodegas con un máximo de 100 personas si es en el interior, De María considera “ridículo” que se limite, por ejemplo, “si se celebra en una gran bodega en la que caben dos mil personas y en la que pueden garantizarse las medidas y la distancia de seguridad”.

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