Los romeros jerezanos regresaron este jueves a la localidad tras una magnífica peregrinación y un emotivo encuentro con la Virgen del Rocío. Eran muchos menos de los que salieron el pasado miércoles. Los quehaceres de la vida cotidiana impiden a un buen número de ellos volver como desearían. El regreso es ese Rocío más íntimo. Si en la ida reinaba la ilusión del encuentro con la Madre de Dios, la tónica del regreso ha sido el cansancio acumulado después de tres jornadas de camino hasta llegar a la ciudad. Tarde con presencia de la lluvia tras una romería que se ha distinguido por todo lo contrario.