Un programa que ha dado nuevas alas a la laguna
La erradicación de carpas hecha el año pasado es un éxito y ahora mismo no hay ni rastro de larvas
La laguna de Medina ha pasado horas bajas por culpa de las carpas. Hace poco más de un año Medio Ambiente inició una campaña que está dando resultados y bastante buenos, a juzgar por los últimos análisis que se han hecho en las aguas de la laguna. Éstos han evidenciado que no hay larvas de carpas, un pez que responde al perfil de una especie invasora que no tiene depredador y que ha provocado grandes destrozos en la laguna, sobre todo en el fondo subacuático al que dejó mermado.
La campaña de erradicación de la Consejería de Medio Ambiente se hizo mediante un compuesto natural altamente biodegradable, tal y como se hizo previamente en la laguna de Zóñar, en la zona sur de la provincia de Córdoba.
Para la erradicación de la carpa en Medina se usó un ictiocida que no tiene consecuencias secundarias sobre otros grupos animales vertebrados del entorno y que se degrada de forma rápida sin perjudicar al paraje. En este tiempo se ha recuperado buena parte de la flora del fondo de la laguna, como han podido comprobar los propios técnicos y eso que el año pasado el lecho de Medina estaba prácticamente expedito. Por ser animales de fondo, las carpas remueven el cieno y enturbian el agua. Esto, unido a su apetito voraz y su número, provocaron la desaparición de buena parte de la flora, que es fundamental para la supervivencia de las aves acuáticas y para el resto de animales del entorno.
Los efectos de las poblaciones de carpa sobre las de aves han sido estudiados ampliamente en España y demuestran que existe una relación directa entre su presencia y la degradación de la comunidad de aves en la zona, por lo que ciertas especies típicas del ecosistema vuelven a instalarse tras la eliminación de la invasora. Eso, por suerte, no ha vuelto a ocurrir en la laguna de Medina, aunque Medio Ambiente deberá hacer controles periódicos para cerciorarse de que eso sigue así.
La ausencia de las carpas ha hecho que el número de aves que acuden a la laguna se haya multiplicado, incluso llegando a las 10.000 ejemplares, una población histórica en las aguas de esta reserva natural jerezana.
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