Capitalidad Europea de la Cultura 2031. 40 Aniversario Diario de Jerez

Un reto de futuro para la ciudad

  • Jerez tiene como rivales a Cáceres, Granada, Toledo, Las Palmas y Burgos en la carrera por ser el estandarte español de la cultura europea en 2031 junto a Malta

Caballos de la Real Escuela, flamenco y el Alcázar, entre los atractivos culturales y turísticos de la ciudad.

Caballos de la Real Escuela, flamenco y el Alcázar, entre los atractivos culturales y turísticos de la ciudad. / Manuel Aranda (Jerez)

La Capitalidad Europea de la Cultura en 2031 es uno de los retos que la ciudad de Jerez tiene subrayado en rojo de cara al futuro. Como se sabe, a España le corresponde volver a ostentar la Capitalidad Cultural Europea en 2031 junto a Malta y el proceso de selección se inicia con seis años de antelación, de forma que será a partir del próximo año, 2025, cuando se presenten de manera oficial y formal las candidaturas. Y Jerez va a tener competencia aunque Gijón anunciaba a finales del año pasado que se retiraba de la carrera aduciendo que otras ciudades llevan ventaja y que la inversión resultaba inasumible.

De esta manera, con la retirada de Gijón, la lista de ciudades españolas que compiten por la Capitalidad Europa de la Cultura 2031 son, además de Jerez, otras cinco: Cáceres, Granada, Toledo, Las Palmas y Burgos, que ya presentó su candidatura en 2016. En España, cuatro ciudades han sido Capital Europea de la Cultura con anterioridad: Madrid en 1992, Santiago de Compostela en el año 2000, Salamanca en el 2002 y San Sebastián en 2016.

En esta carrera, que ya ha empezado, además de los atractivos culturales que cada ciudad va a destacar y exhibir, hay que tener en cuenta los objetivos generales de las capitales europeas de la cultura y que el comité evaluador ponderará y valorará antes de tomar una decisión. Así, con este ‘premio’ continental se trata de proteger y promover la diversidad de culturas en Europa y poner de relieve las características comunes que estas comparten, así como intensificar el sentimiento de los ciudadanos de pertenencia a un espacio cultural común, al tiempo que fomentar la contribución de la cultura al desarrollo a largo plazo de las ciudades, de acuerdo con sus respectivas estrategias y prioridades.

Como objetivos específicos, con la capitalidad se busca aumentar la amplitud, la diversidad y la dimensión europea de la oferta cultural en las ciudades, en particular a través de la cooperación transnacional; ampliar el acceso y la participación culturales; reforzar la capacidad del sector cultural y sus vínculos con otros sectores; elevar el perfil internacional de las ciudades a través de la cultura.

Los criterios para la evaluación de los proyectos se dividen en varias categorías que examinará el comité evaluador, tales como contribución a la estrategia a largo plazo, dimensión europea, contenido cultural y artístico, capacidad para alcanzar los objetivos, trabajo de proximidad y gestión.

Así, tiene su importancia la conexión entre el proyecto a presentar y la estrategia de desarrollo a largo plazo de la ciudad, el contenido cultural y artístico, la dimensión europea, la implicación de los ciudadanos -se hace particular hincapié en las minorías y los jóvenes-, la capacidad de garantizar una base financiera, institucional y de gestión sólida para el proyecto, y finalmente la capacidad de acogida de los visitantes esperados. No hay que desdeñar la relación entre centro y periferia, la conexión entre lo urbano y lo rural, y en convocatorias anteriores también se prestó mucha atención a la sostenibilidad medioambiental y a los retos medioambientales, asuntos tan de actualidad en estos tiempos.

La Capitalidad Cultural Europea es una magnífica oportunidad para catalizar y reunir inteligencias, ideas, talentos y recursos de una ciudad y rediseñar su territorio de cara al futuro. Se trata de afrontar, a través de la cultura, retos locales que tengan relación con retos internacionales en general y europeos en particular. Hay que pensar a lo grande y plantear a artistas y gestores culturales retos y desafíos a gran escala y no quedarse únicamente en lo local; esta cooperación -implicando también a los ciudadanos- es clave no solo para presentar una candidatura sólida sino también para aprovechar en el futuro -sea elegida la ciudad o no- todas las sinergias que se hayan creado o se puedan crear y que, a través de la cultura, sirvan para relanzar el territorio a nivel educativo, ecológico, económico y urbano.

De eso se trata: Jerez ya ha empezado la carrera, asume el reto y sabe quiénes son sus rivales. Ahora se trata de presentar el mejor proyecto posible y aprovecharlo.

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