Las 'sherry girls'

La mujer ha logrado conquistar el mercado del vino de Jerez · Un ramillete de gerentes, ejecutivas, enólogas, relaciones públicas, venenciadoras, viticultoras...

Las 'sherry girls'
Juan P. Simó / Jerez

11 de noviembre 2012 - 01:00

Del antiguo embotellado, donde se daban sus mañas las mujeres, a hacerse con los años un hueco importante en el mundo del vino de Jerez. Hoy día no nos falta de nada: Las hay de todas las especialidades. Un grupo de mujeres con distintas especialidades levantaría una gran bodega exclusivamente de féminas. Son cientos y cientos los nombres que se agolpan, pero sólo su mención sería trabajo infinito y prolijo. Estos son, pues, algunos ejemplos.

Ya leíamos en otro capítulo a aquellas valientes y luchadoras mujeres que abrieron brecha en un sector reservado al hombre y que continuaron con el negocio de sus difuntos maridos, caso de la inolvidable Pilar Aranda o la valenciana Pilar Plá. Ambas y otras muchas rompieron esa hegemonía varonil para dar paso a la feminización del mundo del vino. Y es en los ochenta, cuando España asiste a la masiva incorporación de la mujer al trabajo.

Antes haré un inciso que parece obligado. En el pasado más reciente, Fátima Ruiz-Lassaletta, mujer que no necesita de presentación, es la pionera, la primera ejecutiva y directora de la División de Vinos de Zoilo Ruiz-Mateos, ocupando la jefatura del área de Relaciones Públicas. Todo eso ya ocurrió a finales de los sesenta. Y, pocos años antes, se sabe de la inglesa Mili Swithinbank, secretaria del siempre recordado Guido Williams. A la muerte de Don Guido, Swithinbank ocupó el cargo de vicecónsul de la Corona británica en España, que había ostentado el jerezano, y se responsabilizó de la jefatura de Relaciones Públicas de las bodegas de la 'Sherry girl', hoy de la familia Medina.

Y como tenemos mujeres de todo tipo, los ejemplos son infinitos: Esperanza Páez Morilla, de archiconocida ascendencia implicada en el negocio, hija del 'rey del vinagre', Antonio Páez Lobato, lleva adelante solita la dirección y bodegas de la firma Páez Morilla en la carretera de Cartuja. Otra joven, María del Carmen Padilla, es la cara del Centro de Análisis Financiero para operaciones de Beam en España. Y otra mujer de la antigua Pedro Domecq es Marta Ferguson, responsable de Gestión y Administración de la compañía.

La lista de enólogas es interminable en las bodegas del Marco. Un día pregunté a Beltrán Domecq Williams, una eminencia en esto de la enología como lo fuera su tío José Ignacio, 'La Nariz', por la leyenda que circula de que la mujer poseía mejores dotes que el hombre en el ejercicio de la enología. Beltrán, con su reconocida diplomacia, se limitó a contestar que ambos sexos habían nacido con atributos sensoriales que les permitían hacer una labor de enólogo adecuadamente, que se hace con mucho trabajo, con mucho estudio, con muchas catas y con muchos archivos enológicos en su cabeza. O lo que es igual: No hay más secreto que el del trabajo. Para unas y para otros.

Maribel Estévez Puerto, hija de ese irrepetible hombre que fue Pepe Estévez, es un rostro familiar entre nosotros. Lleva la dirección enológica e I+D+i de las bodegas del 'Real Tesoro' y parió el primer fino de Jerez, el 'Tío Mateo', con bajo contenido de histaminas. Tampoco olvido que introdujo un nuevo factor ambiental en la bodega con idea de favorecer la crianza de los vinos: Era el genoma Music3 (Vid-Vino-Viña), traducción musical de secuencias genéticas de levaduras de 'flor' responsables de la crianza biológica de los vinos de Jerez. (

)Montse Molina es otra de nuestras enólogas. Oriunda de Girona, vino hasta las bodegas sanluqueñas de Barbadillo con un master de Viticultura y Enología bajo el brazo que le permitió acceder a un puesto en el equipo técnico de la bodega, primero desarrollando las líneas del I+D y, desde 2002, como responsable del departamento técnico de la bodega. "Llegué al mundo del vino por pasión. Me pareció increíble encontrar tantísimas sensaciones en un vino, partiendo de una fruta como la uva, a través de un proceso tan completo y complejo".

Y otra foránea, como las muchas extranjeras que dedicaron sus esfuerzos a la exportación y promoción del 'sherry' -lo fueron Jane Ward en Lustau o la escocesa Claire Marie Henderson en González-, se llama Ana Cabestrero Ortega. Es enóloga y directora comercial de esa bodega regentada exclusivamente por mujeres: La de 'El Maestro Sierra'. Al mundo del vino llegó Ana por una casualidad. Su hermano Pedro, también enólogo, le animó. Estudió Enología en Madrid y trabajó en el negocio de la familia, las Bodegas Lambuena en Ribera de Duero, durante diez años como enóloga y bodeguera. Ha trabajado en Alemania y Bolivia y es Zarcillo de Oro 2003 de la Ribera de Duero, el segundo concurso enológico más importante del panorama internacional.

Un ámbito que tampoco ha escapado a la incorporación femenina es el comercial y del marketing. Nuestras profesionales de marketing y relaciones públicas en las bodegas son abundantísimas. No hay que ir muy lejos. Aquí cerca, trabaja Victoria González Gordon, Vicky, miembro de la familia fundadora de González Byass. Ocupa la responsabilidad de International Marketing Manager, o responsable de todas las acciones de marketing y de relaciones públicas que González mantiene fuera de España, no sólo para los vinos de Jerez sino también para todos los vinos y 'spirits' del grupo. Jerezana, tiene 34 años y trabaja en 'la Casa' desde mayo de 2004. Pero que hable Vicky: "Estamos viendo a nivel internacional que los consumidores se están poco a poco acercándose a nuestros vinos. Ayudan a ello los 'Sherry bars', que no hay sólo en Inglaterra, también se pueden encontrar en Estados Unidos y hasta Australia. Y otro modo de promoción es la cultura de las tapas, que se está extendiendo gracias a los magníficos chefs españoles".

En Beam Jerez, la bodega del 'Fundador', se encuentra María Eugenia Herrera, que lidera el departamento de Relaciones Públicas de la compañía y, de igual modo, tiene responsabilidades en áreas de comunicación local, organización de eventos y de actividades enoturísticas en los centros de visita. Eugenia trabaja junto a sus compañeras Carmen Padilla y Marta Ferguson, tres jerezanas vinculadas al mundo bodeguero desde hace varias generaciones. Cumplieron su sueño de trabajar en una bodega y, hoy día, suman en conjunto más de sesenta años de dedicación y trabajo. Se muestras a pies juntillas "muy orgullosas" de pertenecer al grupo Beam, "donde todos sus centros de trabajo a nivel nacional cuentan con un plan de igualdad para favorecer a la mujer en asuntos de contratación, pertenencia a equipos directivos e igualdad social y de oportunidades".

Un oficio tan antiguo como el de la venencia también ha dejado de ser patrimonio privativo del hombre. Recuerdo que en el archivo de González Byass se conserva en un grabado una cerámica griega en la que aparece reproducido un efebo que maneja un instrumento de asombrosa similitud con nuestras venencias actuales. Jerez siempre tuvo maestros venenciadores de renombre. Lo fueron Julio Delgado o Pepe Ortega, entre otros muchos. Y venenciadoras hay actualmente por todos los rincones del marco.

Nos faltaba una viticultora. El perfil de una mujer brillante como la sanluqueña Carmen Romero nos puede servir de ejemplo. Hija, nieta y bisnieta de agricultores, Carmen tiene 43 años y es ingeniera técnico agrícola y licenciada en Enología.

Como todos deben saber, es la cara de la organización Aecovi, una empresa de la que es gerente y que la integran cuatro cooperativas vitivinícolas del marco, que representan los esfuerzos de unos 1.200 viticultores de la comarca. Aecovi es una sociedad joven y dinámica que pone las últimas tecnologías al servicio de prácticas artesanales tanto en la viña como en la vinificación. Ha elaborado marcas propias y, hoy día, dispone de una amplia gama propia de vinos, vinagres y salsas. Su exportación llega a más de quince países. Cuenta Carmen que, siendo la única mujer aspirante, fue contratada por un consejo rector formado sólo por hombres. En la actualidad, el 60% de los trabajadores de Aecovi son mujeres.

Es curioso, pero de manera paralela a esta realidad de una mujer que trabaja en el vino de Jerez, hoy encontramos a una mujer que lo disfruta más que nunca. Más que aquellas abuelitas inglesas de antaño. Y así, tampoco es exclusivo del hombre el mercado de vinos finos, manzanillas o amontillados. Y es constatable que, en los últimos años, las ventas se han incrementado en el segmento femenino. Y en ese segmento, despuntan especialmente las variedades redondas y complejas, caso de olorosos o palos cortados, y aquellas que aportan dulzor en distinto grado, ya sean cream, moscatel o pedro ximénez. Es la mujer, ese ingente mercado cada vez más emergente, que también se siente amante del jerez.

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