Los signos de la Pasión vuelven a señalar el inicio de la Cuaresma
Cuaresma
El Miércoles de Ceniza es el comienzo de un nuevo tiempo litúrgico que concluye tras cuarenta días, en la Semana Santa
Arrancó la Cuaresma y lo hizo con el augurio que da el buen tiempo que hizo, por aquello de que dicen que señala cómo será la Semana Santa. También lo hizo con los emblemas establecidos para un día de especial trascendencia para los creyentes y especialmente para los cofrades, que adornaron la jornada con las clásicas convocatorias de besapies, besamanos, cultos y misas de imposición de la ceniza.
Los epicentros de ayer se localizaron en San Miguel con el besapies al Santo Crucifijo de la Salud, instalado en la maravillosa capilla del Sagrario y con la imagen, un año más, colocada en la cruz de plata. El conjunto, armonioso y elegante, invitaba a la oración y al sobrecogimiento al poder estar tan cerca del soberbio crucificado de Arce. En San Francisco dio a besar sus manos la imagen de Jesús de la Via Crucis, imagen de gran devoción, como se volvió a demostrar ayer con largas filas de devotos en la capilla del Voto, donde el Señor, creado por Chaveli, ocupaba sus ‘medios’.
En Capuchinos, los cofrades de La Mortaja expusieron a la veneración de los fieles al Señor de la Mortaja en una composición en la que estaban la dolorosa titular junto a otras de las imágenes que conforman este soberbio misterio, todo en la penumbra del templo conventual y con La Defensión situado en el paso del Crucifijo para el Via Crucis del sábado.
Ya por la tarde fue el Via Crucis con el Cristo de las Almas de la Sacramental de Santiago. Solemne y severo, muy al estilo de esta corporación que un año más cerró los cultos a esta imagen.
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