Un último adiós al joven Jairo

'Crimen del botellódromo'

El sepelio en recuerdo al adolescente asesinado el pasado fin de semana reúne a más de 300 personas · El padre de la víctima quiere que su muerte "sirva de escarmiento"

Un último adiós al joven Jairo
J.p. Lobato / Jerez

25 de julio 2012 - 01:00

Más de trescientos seres queridos acompañaron ayer a Jairo, el chico apuñalado mortalmente la madrugada del pasado domingo en el 'botellódromo', en el que sería su último viaje hasta el cementerio. Después de velarlo durante dos días en el Tanatorio desde que se realizara la autopsia, tiempo en que sus padres no se movieron de al lado del féretro de su hijo, la iglesia de Cristo Resucitado, ubicada en el mismo edificio, acogió la misa en honor al adolescente a las once y media de la mañana.

El único momento donde los padres del joven se movieron de la sala donde se velaba al joven fue cuando los trabajadores del Tanatorio trasladaron el ataúd con el cuerpo sin vida de Jairo hasta la capilla, con una capacidad insuficiente para acoger a todos los que fueron a despedirle, que permanecieron en pie alrededor de la sala e incluso fuera de ésta, esperando junto al coche fúnebre. El templo se hizo lágrimas y sollozos de sus seres queridos en el momento en que el sacerdote hizo acto de presencia para llevar a cabo la misa de difuntos. Su madre, rota de dolor, no dejaba de repetir en voz baja y con la mirada perdida "mi niño, mi niño, mi niño" mientras el cura oficiaba el ritual. En todo momento se encontró apoyada y respaldada por el padre del joven, que intentó no derrumbarse durante toda la mañana. La mayoría de personas que acudieron a rezar por Jairo eran amigos con una edad aproximada a la de la víctima, de los cuales la mayoría estuvieron presentes en el incidente del pasado fin de semana. "El ser tan bueno le ha llevado a la muerte", se escuchaba entre sus amigos mientras intentaban reprimir inútilmente las lágrimas.

Una vez acabada la misa, el coche fúnebre esperaba en la puerta del Tanatorio a la espera del ataúd para transportar el cuerpo del joven hasta el cementerio. Hasta cuatro inmensas coronas de flores portaba el coche en su camino, donde podía leerse mensajes tales como "Tus vecinos no te olvidan" o "Vuela alto, mi niño". En el interior del vehículo, varios ramos de flores le acompañaron hasta el camposanto. Además, según comentaban sus amigos durante el sepelio, dentro del ataúd colocaron varias fotografías de Jairo y sus amigos para estar "siempre juntos".

Ya en el cementerio, la familia más cercana al joven, seguida por más de trescientas personas entre amigos y vecinos, rezaron varias oraciones en memoria de Jairo. Sus padres no pudieron articular palabra durante el sepelio, solo su padre se dirigió a los adolescentes presentes para decir "que lo que ha pasado a mi hijo sirva de escarmiento". Su madre, apoyada y recostada en todo momento en el hombro de su pareja, seguía el ataúd inerte de su hijo con unas gafas de sol oscuras que dejaban adivinar un semblante ido por el dolor de la pérdida.

El silencio de los acompañantes fue roto en el momento en que varios hombres, entre familia y amigos, transportaron el ataúd del coche fúnebre al nicho donde le tocaba descansar al joven. Abrazos y mucho apoyo a sus padres mientras sus más allegados se deshacían en lágrimas. Una vez depositado el féretro, su madre, ya sin lágrimas, se acercó a la tumba para decirle a su hijo "que siempre te voy a llevar en el corazón. Te quiero, hijo mío".

21 Comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

El Rebusco

Sherry Christmas

Lo último