Marco de Jerez

La vendimia se perfila temprana y con algo más de cosecha que la anterior

  • Las primeras previsiones del sector apuntan a un ligero aumento de la producción tras dos años cortos

  • Los viticultores estiman que la campaña arrancará a mediados de agosto

Laboreo de una viña del Marco días atrás con un pase de rulo o rulado en tractor para allanar el terreno.

Laboreo de una viña del Marco días atrás con un pase de rulo o rulado en tractor para allanar el terreno. / Pascual

En el Marco de Jerez siempre se ha dicho que la llave de la vendimia la tiene agosto. Eso era antaño, cuando la vendimia comenzaba en septiembre, situación que ha cambiado en los últimos años, en los que la llave ha pasado a julio debido al cambio de ciclo de las plantas a causa del calentamiento global. Y la llave de julio anuncia un adelanto de la vendimia, que según las primeras estimaciones del sector, arrancará en la primera quincena de agosto siempre que en lo que queda de mes no haya un cambio sustancial de los pronósticos, que una vez salvada la ola de calor, auguran predomInio de vientos de componente oeste (poniente) y temperaturas no excesivamente altas.

La última campaña también hubo un adelanto de la corta de la uva, sólo que entonces la previsión inicial, condicionada por las abundantes lluvias de la primavera, apuntaba a una vendimia extratemprana, que finalmente se retrasó hasta la segunda semana de agosto.

La presente campaña se perfila algo corta de cosecha, aunque no tanto como la anterior, que se cerró con 53,4 millones de kilos recolectados y el 7% menos, explica Francisco Guerrero, presidente de los viñistas independientes de Asevi-Asaja, quien destaca el buen estado de la uva, “bastante sana” a estas alturas a diferencia de la vendimia de 2020, marcada por la proliferación de plagas y la pudrición.

“La ola de calor no ha hecho mucho efecto en la viña porque han sido pocos días, pero aún puede ocurrir de todo”, señala Guerrero, quien confía en una segunda quincena de julio con temperaturas suaves y rociadas nocturnas, como las predominantes en las últimas semanas, para que la cosecha se mantenga sin grandes alteraciones.

Con la uva ya entrando en caldo, los viticultores prestan especial atención en estos días al viñedo para supervisar la maduración y prevenir enfermedades en un año en el que escasean las reservas de agua en el subsuelo, aunque las lluvias caídas en invierno “estuvieron muy bien repartidas”.

Los viñistas confían en una segunda quincena de julio suave para que el viñedo no pierda kilos

“En general, la uva viene adelantada y todo depende de si se mantiene el tiempo fresco, que hace que la maduración sea más lenta, o por el contrario cambia a más seco, con el riesgo de que la uva pierda peso”.

La pérdida de peso juega en contra de los intereses de los viticultores, que con los precios actuales tienen que recortar gastos al mínimo imprescindible para tener rentabilidad.

Luis Mateos, responsable de la empresa Vara y Pulgar, especializada en asesoramiento vitícola, recuerda en este sentido que el Marco de Jerez es de las pocas zonas productoras en las que se sigue comprando la uva a granel, es decir, que manda el peso sobre la calidad.

Mateos confirma el adelanto de la vendimia, “si es que empezar en mitad de agosto se puede considerar adelanto”, y en su recorrido diario por las viñas bajo su supervisión aprecia que “la planta está más sana y más fuerte, y aunque el número de racimos es similar al de la campaña anterior, las uvas están más hidratadas y tienen un buen tamaño”.

Detalle del estado actual de la uva, bastante sana y con buen tamaño. Detalle del estado actual de la uva, bastante sana y con buen tamaño.

Detalle del estado actual de la uva, bastante sana y con buen tamaño. / Pascual

Pese a la falta de reservas en el subsuelo por la ausencia de precipitaciones en los últimos meses, Mateos explica que la vid está mejor por lo bien que cayó la lluvia en invierno y afirma que, “salvo que salte levante y la planta se venga abajo, la cosecha esta campaña será algo mayor que la de la vendimia anterior”.

En su opinión, “los vientos mandan: si hay poniente fresco, se retrasará; si hay levante y calor, se adelantará”, si bien puntualiza que “en Jerez hay la mala costumbre de empezar todos a la vez, cuando hay viñas que tienen hasta 15 días de diferencia en alcanzar la graduación necesaria para el inicio de la vendimia” –en la Denominación de Origen Jerez-Xérez-Sherry y Manzanilla de Sanlúcar se establece a partir de los 10,5 grados baumé–.

Mateos se muestra partidario de una vendimia “no uniforme”, en la que la uva marque el inicio en función de las particularidades de cada pago, claro que en esto también influye el bajo precio de la uva palomino, la hegemónica en el Marco y que, según denunció recientemente Asevi-Asaja, se paga por debajo incluso de los costes de producción del viñedo del Marco en 2002.

Los viñistas independientes apuntan a ese año por ser el último del que hay constancia de los costes por el estudio que realizó entonces la Junta de Andalucía, a la que ahora reclaman una actualización, como la que exigen para el precio de la uva a fin de preservar las escasas 6.500 hectáreas de viñedo que quedan en la DO.

De lo contrario, advierten, seguirá habiendo abandonos, como el que en líneas generales sufre buena parte del viñedo, en el que los viticultores llevan años sin poder invertir ni reponer nada, ni siquiera la maquinaria, que según Francisco Guerrero “está que da pena”, mientras que en los tratamientos se espera al último momento porque “se mira cada peseta que se gasta”.

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