Los números son números pero dan para interpretaciones tan variopintas y contrapuestas que pueden llevar hasta el paroxismo, una circunstancia que los concejales de la corporación municipal volvieron a demostrar ayer al debatir las cuentas de 2012, el documento contable que fija el balance de ingresos y gastos del Ayuntamiento y de sus organismos autónomos y sociedades. Así, si para el gobierno el resultado de ese ejercicio demuestra que las finanzas municipales han iniciado la senda de la recuperación, que reconoce que será larga, para la oposición no solo no hay mejoría sino que la situación ha empeorado. Y todo ello, unos y otros, utilizando unos mismos registros contables pero con miradas parciales según convenía al discurso.

El delegado de Economía, Enrique Espinosa, incidió en resaltar la reducción del déficit estructural del Consistorio, que ahora se ha situado en unos tres millones de euros, y del remanente de tesorería, que de los 423 millones en rojo se ha pasado a 220, aunque también en negativo. Además, destacó que, aunque haya aumentado la deuda financiera, se ha reducido la comercial mediante su reconocimiento y liquidación gracias a los planes de pago a proveedores. Incluso, apuntó que se ha realizado una reducción generalizada de los gastos municipales, todo ello para "intentar arreglar el desastre" que, según él, fue la gestión municipal hasta la llegada del PP a la calle Consistorio. Eso sí, advirtió que aún queda mucho por hacer porque "una deuda de 30 años de 1.000 millones no se puede pagar en uno".

En cambio, la oposición, como era de esperar, no fue tan optimista con el balance contable del año 2012, que se ha presentado con unos meses de retraso debido a la sobrecarga de trabajo de la Intervención Municipal. Joaquín del Valle, en representación de Izquierda Unida, alertó de las consecuencias del aumento de la deuda financiera -fruto de unos "préstamos ICO envenenados"-y del déficit entre los ingresos y gastos corrientes, fijado en unos 42 millones de euros. Por ello, reclamó que el Ayuntamiento trabaje para que el resto de administraciones "ayude" a Jerez a hacer frente a su situación, ya que "no solo se puede salir sin recortes".

Rocío Montero, de Foro Ciudadano, también hizo hincapié en el aumento de la deuda financiera -"Jerez es el tercer ayuntamiento más endeudado por habitante", advirtió- e indicó que 2012 acabó con números rojos mientras que en 2011 cerró en positivo. En este sentido, señaló: "No han invertido la tendencia sino que han aumentado el déficit".

Finalmente, Ainhoa Gil, por el PSOE, calificó la gestión económica de "paupérrima" por el incremento de la deuda viva ya que, a pesar de "los recortes y el ERE", el ejercicio se liquidó con déficit. "El camino emprendido en 2011, con un superávit de 1,3 millones, se truncó en 2012", alertó.

Previamente a estas previsibles discrepancias, la sesión plenaria abordó la reestructuración del grupo de empresas municipales, una medida que contempla fusiones, absorciones y disoluciones de sociedades. La alcaldesa, María José García-Pelayo, volvió a recordar que el objetivo es hacer un grupo de empresas "más racional y razonable". Las críticas de los grupos de la oposición se centraron fundamentalmente en la contratación de la consultora Deloitte, a la que se le ha pagado unos 20.600 euros, para que asesore en el proceso. En este sentido, Joaquín del Valle reclamó "más austeridad" en este tipo de gastos; Rocío Montero cuestionó la adjudicación advirtiendo que su trabajo no aporta ningún tipo de ahorro; y Ainhoa Gil aseguró que esta labor podría haber sido realizada por personal municipal. Ante esto, la alcaldesa le reprochó al PSOE los informes externos que encargó mientras gobernó en el Ayuntamiento. "Vosotros [ los socialistas] os habéis hartado de contratar y nadie se enteró; y muchos informes no sirvieron para nada", afirmó. La estimación es que el proceso, que prevé entre otras medidas la fusión de Emusujesa y Emuvijesa así como la absorción por parte del Ayuntamiento de Jesytel, Jereyssa y Ajemsa, esté culminado entre seis u ocho meses. La reestructuración solo contó con el voto favorable del PP y la abstención de IU.