En el periodo comprendido entre enero y agosto, el 58 por ciento de los coches vendidos por Suzuki contaban con electrificación, 40 puntos por encima de la media del mercado. En el de septiembre a diciembre, igual que ocurrirá en 2021 ya serán el ciento por ciento.
Y es que, sólo cinco años después de que Suzuki Baleno estrenase el SHVS (Smart Hybrid Vehicle by Suzuki), el sistema microhíbrido de 12 voltios, ya toda la gama de la marca japonesa está electrificada con la incorporación de esta tecnología ya a todos los Swift, el utilitario de 3,85 m de largo y cinco puertas.
Lo que consigue este sistema ahorrar combustible, fundamentalmente, ya que el motor de arranque-generador (ISG, Integrated Started Generator) apoya, al estar unido a él por una correa, al motor térmico en situaciones puntuales como el inicio del movimiento o permitiendo al Auto Stop activarse cuando estamos circulando a menos de 15 km/h. La batería de 10 A, de iones de litio, se recarga cuando no se está acelerando o se frena, como ocurre con otros híbridos.
Electricidad para todos
Ciertamente, el grado máximo en el que la electrificación se incorpora a las tareas de propulsión se alcanza, dentro de la familia Suzuki, en el Across. Este SUV clónico del Toyota Rav4 Plug-in que puede recorrer hasta 75 km con la electricidad de su batería de 18,1 kWh y contar con esa energía para apoyar al motor 2.5 de gasolina. Sin embago, ya del Ignis al S-Cross utilizan esa SHVS.
El papel de estos microhíbridos es crucial, como también el de Across lo es aun en mayor medida con sus 22 g/km de CO2 homologados, para rebajar las emisiones de dióxido de carbono globales de la marca.
Así, por ejemplo, en el recién presentado Swift con, también, el nuevo motor de 1.2 litros Dualjet (K12D) de 83 CV consigue rebajar respecto a su antecesor, también con otro 1.2 y pero de 90 CV, el consumo en 0,8 l/100 km: el gasto, con la norma WLTP del nuevo Suzuki Swift 1.2 Mild Hybrid es de 4,9 l/100 km. Hay otro Swift, que Suzuki apellida Sport, también microhíbrido pero, en este caso, con un 1.4 de 140 CV presentado previamente.
En el 1.2 la arrancada es muy suave y el conductor sólo percibirá que el Swift es un microhíbrido en tanto que en la instrumentación aparece una indicación con el nivel de la batería y el Auto Stop puede activarse instantes antes de parar, por ejemplo, en un Stop. Responde bien al acelerador en tanto que, aunque no muy potente, es muy ligero: todas las versiones están por debajo de la tonelada, incluso la 4WD.
Su motor se combina con una caja manual de cinco velocidades, que es la que hemos probado, y sentimos que queda algo corta para el empuje del motor por lo que una de seis marchas encajaría bien en este coche; y una automática con variador continuo (CVT) de siete etapas. Supone un incremento de 1.400 euros respecto a la manual.
Con la primera, la manual, es posible elegir el Suzuki Swift 1.2 con tracción total, la versión 4WD Allgrip Auto, algo poco habitual entre los turismos del tamaño de un utilitario, donde sólo cuentan con esa posibilidad el Fiat Panda Cross o versiones potentes de los Mini -Clubman S, SD y JCW- y Toyota Yaris -el recién lanzado GR de 261 CV-. Puede merecer la pena optar por el Suzuki Swift 1.2 GLE 4WD Mild Hybrid, en tanto que cuesta 1.500 euros más que el equivalente con el mismo equipamiento y tracción delantera, si se circula con cierta frecuencia sobre firmes muy deslizantes. Sin embargo, sólo está disponible con ese acabado, el GLE, no con el más alto, el GLX.
Dos niveles entre los que elegir
El diferencial de precio entre ambos niveles, a igualdad de caja de cambios, es de 1.000 euros y el salto esencial supone sustituir el aire acondicionado de los GLE por el climatizador de los GLX, además de sumar a este el navegador.
Los primeros disponen también de sensores de luces, cámara trasera, sensores de aparcamiento, cristales tintados, asientos delanteros calefactables, control de velocidad adaptativo o el DSBS que integra el control predictivo de frenada, la alerta del cambio de carril, la antifatiga o el asistente de luces. Ahora, también el asistente de cambio de carril, reconocimiento de señales de tráfico - velocidad máxima o adelantamiento prohibido-, detección de ángulo muerto o alerta de tráfico posterior. El precio de tarifa del GLE con cambio manual es de 17.270 euros, aunque la promoción actual que descuenta 2.000 euros lo deja en 15.270 euros.
En los GLX el equipamiento se incrementa, además de con el mencionado climatizador o el navegador, con llantas pulidas, llave inteligente o intermitentes en las carcasas de los retrovisores. El GLX más asequible, el manual, supone 17.670 euros.
La llegada de esta microhibridación sobre el motor K12D viene aparejada a un ligero restyling en el que lo más significativo es el cambio de la parrilla, con un embellecedor de color plata, o las nuevas llantas.
En el interior, no se perciben cambios en tanto que el cuadro de instrumentos dispone de la ya conocida pantalla de 4,2” sobre la que se vuelcan los datos del ordenador de viaje, pero también información sobre el flujo de energía, por ejemplo. Para dar soporte a la conectividad se usa una pantalla de 7” que soporta Android Auto, Apple CarPlay y Mirror Link.
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