Hay que tener la cabeza muy ordenada y ser creativo para poder dar una nueva vida a multitud de envases y elementos que con el tiempo se estropean o no nos sirven. Para Antonio Estévez todo tiene una nueva vida. Obrero prejubilado tras un accidente laboral, tiene una mente privilegiada a pesar de no ser ingeniero ni tener una preparación específica sobre energías. Sin embargo, es capaz de alumbrar su bicicleta, construir un pequeño aire acondicionado o dar luz con una lámpara utilizando energías renovables.

"Siempre me dicen tú estás loco y yo les digo loco estás tú que pagas la luz", afirma para explicar su forma de pensar. Todo lo que hace Antonio en su garaje de la calle Bolivia parte de la maña y la curiosidad por aprender, además de la inteligencia. "En el colegio ya me aburría. Daba un curso por delante de los demás. Me aburría con los libros y se me quitaron las ganas de estudiar. Lo que pasaba es que siempre terminaba con un 8 o un 9 en los exámenes trimestrales, pero me suspendían por falta de asistencia".

Oficial de 1ª de encofrado y ferralla y jefe de cuadrilla, Antonio comienza a desarrollar sus inquietudes tras el accidente que le retiró de la construcción. "Siempre lo tuve ahí como un hobby, pero empecé a salir con una compañera y cogió en el castillo de Santa Catalina un taller. Tenía un problema porque quería sacar un coche para dar clase en Algeciras a unos 60 niños. Empecé a ayudarle y me di cuenta que todo lo que ella hacía no le salía y yo lo intentaba y me salía", comenta Antonio.

A partir de ahí, el siguiente paso lo dio con su bicicleta. "Harto de gastar pilas, un compañero me dijo que si un motor tú lo mueves sin estar conectado a la electricidad, la generas. Lo único que tienes que hacer es cargarla y aplicarla", explica. De ahí, consiguió montar un circuito que diera energía a la lámpara de la bicicleta "con un circuito de leds, un ventilador de una fuente de un ordenador y una placa fotovoltaica. Va generando electricidad porque tiene un embobinado conectado a dos imanes".

Un sistema que, como recuerda, llegó a llamar la atención de Imanol Arias en una de sus visitas a Cádiz.

Tras este invento, una nueva vuelta de tuerca le dio para crearse una lámpara que no gasta electricidad ya que se gestiona por sí misma. "Las lámparas de mi casa las hago yo. El día que tenga mi casa no voy a gastar electricidad. Gastaré lo mínimo porque el sistema de alumbrado me lo saco del viento y del sol, y si no por agua o por el movimiento", cuenta.

Sin embargo, Antonio no las tiene todas consigo tras saber que una empresa gaditana va a fabricar farolas siguiendo su mismo sistema. "No sé si es copia o no. Antes de las elecciones vi por la calle de la Rosa a Marta Meléndez y le comenté que tenía un proyecto para el sistema de alumbrado de Cádiz. Esta señora me presenta a Gonzalo Pando y me propone un proyecto para África para con energía solar sacar agua con una bomba para no tener que recorrer tantos kilómetros. Le dije que sí le ayudo en eso y en cambiar el sistema de alumbrado. A los tres o cuatro días le comento a Teófila si vio el artículo en el que Imanol Arias dice que le gustó mi bicicleta. Me dijo que sí y que después de las elecciones fuera a Alcaldía. El día 23 voy allí y me dicen que ella no está. La secretaria me dijo que tenía que ser por cita y hasta hoy no he hablado con ella. La casualidad es que ha salido una empresa de Cádiz que va a fabricar lámparas eólica y solar", asegura.

Sobre su propio aire acondicionado, explica Antonio que "va a 12 voltios. Se le puede aplicar energía eólica y solar porque va a una batería. Lo que he hecho es aplicar la corriente del aire a un condensador y sale una corriente de aire de menos 20 grados en cuestión de un minuto".

Una de sus ilusiones es poder patentar alguna de sus ideas, pero la falta de financiación es un problema. "Hay muchas personas que tienen muchas ideas que no se pueden llevar a cabo porque no tienen dinero", asegura Antonio.