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Asuntos sociales

Calor en la noche: Una mano tendida en El Puerto para los que no tienen nada

Un grupo de voluntarios de Calor en la Noche durante uno de sus recorridos por las calles de El Puerto.

Un grupo de voluntarios de Calor en la Noche durante uno de sus recorridos por las calles de El Puerto.

Se acerca el invierno y con él las noches frías y el mal tiempo. Son momentos de recogerse en casa bajo una manta viendo la televisión o leyendo, pero hay personas a las que esta situación tan cotidiana les suena como algo muy lejano. Se trata de personas en situación de exclusión social que viven en la calle o en casas ocupadas sin los más mínimos servicios básicos.

La asociación sin ánimo de lucro Calor en la Noche, que funciona en El Puerto desde hace aproximadamente ocho años, es una de las entidades que trabaja para que estas personas no se sientan tan abandonadas a su suerte y tengan una mano tendida que les ayude a sobrellevar el día a día.

Alrededor de 30 voluntarios forman parte de esta entidad, que en estos días pasa a hacer dos rutas a la semana por las calles repartiendo bocadillos y bebidas calientes.

Una de las voluntarias de Calor en la Noche, en la calle Valdés. Una de las voluntarias de Calor en la Noche, en la calle Valdés.

Una de las voluntarias de Calor en la Noche, en la calle Valdés.

Tras el cierre del comedor social de Sol y Vida, que funcionaba hasta hace unos años en la calle Cruces, las personas sin techo no tienen ahora un comedor sino que reciben comida preparada una vez al día en las instalaciones del centro de emergencia social, en La Florida. No disponen de desayunos ni cenas, aunque sí de un servicio de duchas que pueden utilizar algunas horas al día.

La presidenta de Calor en la Noche en El Puerto, Gloria Balbuena, explica que “tenemos muy buena comunicación con los servicios sociales del Ayuntamiento de El Puerto y la concejala de Asuntos Sociales, Carmen Lara, nos atiende las 24 horas del día”. Hay que recordar que Carmen Lara fue durante varios años la presidenta de la ONG Sol y Vida, que gestionaba el comedor social.

A las personas sin hogar se les intenta dar una ayuda integral, dentro de lo posible. “Hablamos con sus abogados de oficio cuando tienen notificaciones de los juzgados, les acompañamos al médico, les acompañamos a hablar con sus trabajadores sociales, les animamos y hacemos acompañamiento y seguimiento cuando deciden entrar en algún centro de ayuda para ellos”, explica Gloria, aunque algunos de ellos ni siquiera se dejan ayudar. “Lo que intentamos es crear un vínculo de confianza entre ellos y nosotros, para poder ayudarles”, insiste la presidenta de Calor en la Noche.

Los voluntarios realizan dos rutas diferentes por la ciudad, una a pie por el centro de El Puerto y otra por las afueras. Van vestidos con chalecos para ser claramente identificables. Cada noche preparan más de 60 bocadillos que reparten entre el medio centenar de personas que pernoctan en la calle o en casas ocupadas. Muchos son toxicómanos, alcohólicos o tienen problemas mentales, aunque también alertan de un creciente número de personas hasta ahora integradas en la sociedad que están ahora en riesgo de exclusión después de haber sufrido algún revés, como la pérdida del empleo, una depresión o un divorcio traumático, entre otras circunstancias. Desde Calor en la Noche piden ayuda a los portuenses para hacer frente a una labor impagable, la de sus voluntarios, que trabajan altruistamente para quienes más ayuda necesitan.

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