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Tribuna Libre

Un político de Estado o el estado de un político

Juan Carlos Neva.

Juan Carlos Neva.

El compromiso político, en democracia, es un deber a la vez que un derecho y no solo se ejerce con el voto. Los políticos siempre deben estar sometidos al control de los ciudadanos y la reflexión política y la opinión son una forma de participación democrática legitimada en el derecho de libertad expresión.

He militado durante 25 años en el PSOE por considerarlo el partido con más capacidad política para que la democracia se hiciera realidad en nuestro país y que valores como la libertad, la justicia y la igualdad llegaran al conjunto de los ciudadanos. Dotarnos de un estado de derecho y una constitución democráticos fue básico para avanzar hacia una sociedad de progreso que para el PSOE se basaba en la solidaridad entre territorios y ciudadanos; igualdad de oportunidades y acceso universal, de calidad y gratuito a servicios públicos básicos como la sanidad o la educación.

En política el cambio programático motivado por una nueva realidad social o por resultados electorales me parecen lógico siempre que se legitimen por instrumentos democráticos como congresos de partidos, consultas ciudadanas o mayorías parlamentarias para que el ejercicio del poder no se convierta en autoritarismo.

“Tenemos que hacer de este partido una alternativa para gobernar, pero el país no puede esperar a que maduremos. Hemos de hacerlo rápidamente”. Estas palabras las dijo Felipe González en 1979 siendo secretario general. En mayo de ese mismo año, en el 28º Congreso, su propuesta de que el PSOE abandonara el marxismo es derrotada, dimite y en septiembre de ese mismo año, en un congreso extraordinario, recupera la dirección de un PSOE socialdemócrata y no marxista.

En 1982 gana las elecciones con mayoría absoluta con el OTAN de entrada NO en su programa electoral que una vez en el gobierno pasa al Vota SI por el interés de España. Para ello Felipe González somete este cambio a su aprobación en el 30º Congreso del PSOE de diciembre de 1985 y, además, con un alto coste político, convoca un referéndum en marzo de 1986 que con una participación del 59,42 % gana el SI con el 56,85 % de los votos.

A pesar de sus luces y sus sombras, Felipe González demostró ser un político de Estado y con una acertada visión de futuro y liderazgo para dirigir al PSOE y el país que no creo que se pueda poner en duda, algo de lo que sinceramente Pedro Sánchez carece. A su deriva y permanente cambiante política tan sólo sometida al respaldo de su Ejecutiva Federal, le ha puesto la guinda con el falso y poco democrático ejercicio de someter esta semana a la militancia a la consulta para respaldar los pactos para la investidura.

Sin entrar en como Pedro Sánchez recupera la secretaría general del PSOE tras la crisis por la dimisión de 17 de los 38 miembros de su propio Ejecutiva Federal en 2016, en estos momentos ha vuelto a demostrar su falta de valentía política no jugándosela como se la juegan los grandes políticos.

Me he molestado en leerme el documento de 48 páginas que se ha sometido a votación con la pregunta: ¿Apoyas el acuerdo para formar un gobierno con Sumar y lograr el apoyo de otras formaciones políticas para alcanzar la mayoría necesaria? De los 11 apartados de que consta el documento, que no deja de ser el programa con el que el PSOE se presentó a las elecciones del 23-J y por tanto ya ha sido votado por los ciudadanos, no existe ni una sola palabra sobre los contenidos de los acuerdos que comprometen la investidura, por lo que los militantes del PSOE han votado a ciegas y sin saber que votaban.

Como un gran ejercicio de transparencia, libertad y democracia ha valorado el PSOE este proceso sobre el que convendría apuntar algunas cosas al respecto. En 2017 el PSOE tiene 187.949 afiliados y actualmente son 172.600. Con Pedro Sánchez como secretario general se han perdido 15.349 militantes, el 8,16 %; la consulta la han votado 109.428, 63,4 % de la militancia, con 95.312 votos, el 87,1 %, afirmativos.

Termino con una reflexión y dos preguntas: 95.312 militantes del PSOE avalan un acuerdo de gobernabilidad que desconocen y que afectará durante la próxima legislatura a 48.345.223 ciudadanos españoles. Si el asunto es de una magnitud que afecta al conjunto de la ciudadanía y al Estado ¿Por qué Pedro Sánchez no ha tenido la valentía de someter la consulta a todos los españoles? ¿Este es el camino hacia una España más solidaria, justa, igualitaria y de progreso?.

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