“Es un sueño ser la primera comisaria mujer del Dakar”

De Cerca: Miriam Silva. Mecánica de coches

La joven mecánica de Villamartín, de 24 años, ha conseguido romper barreras convirtiéndose en la única técnica femenina que verifica coches en los 44 años de historia de esta competición internacional

Miriam Silva verificando los sistemas de uno de los coches que han participado en el último Dakar.
Elisa Armario

30 de enero 2022 - 06:00

La villamartinense Miriam Silva, de 24 años, acaba de escribir un capítulo en la historia del afamado Rally Dakar, convirtiéndose en la primera mujer comisaria técnica de la organización para verificar los vehículos que entran en competición. Tras 44 años del Dakar es la primera vez que una mujer asume este puesto. Recién llegada de Arabia Saudí, donde se ha disputado la carrera internacional este mes de enero, la joven Miriam Silva, mecánica de profesión y con siete años de experiencia en distintos compeonatos, cuenta su singular singladura en un Dakar.

—¿Cómo digiere ser la primera comisaria técnica de un Dakar?

—Sabía que era algo que no había hecho antes otra mujer. La verdad no quiero tomármelo muy a pecho, lo único que quiero es hacer bien mi trabajo y que me llamen para todas las demás pruebas del campeonato del mundo. Si he podido ser la primera mujer en esta competición es señal de que algo va avanzando.

—Quiere tener los pies en la tierra pese a la repercusión...

—Claro, porque independientemente de ser la primera o no yo voy allí porque quiero, es mi sueño, estudié mecánica porque quería y si sirve de referente para otras mujeres mejor. Pero lo primero de todo es hacerlo bien.

—¿En qué consiste su trabajo?

—Para ponerte en antecedentes, si un comisario técnico dice que un coche no sale a correr, es que no sale a correr. Da igual que sea Carlos Sainz o Sébastien Loeb. Los coches tienen que cumplir una normativa y eso incluye todos los elementos del mismo como suspensión, motor, seguridad… Normalmente los equipos profesionales lo cumplen. Si hay incidencias tienen un tiempo para repararlas, pero el día que salen a correr tiene que estar todo perfecto y nosotros tenemos que revisarlo.

—¿Cómo la ficha el Dakar?

—Llevo siete años de comisaria haciendo carreras en la Federación Andaluza de Automovilismo y en el Campeonato de España. Hacía falta una comisaria española porque la organización del Dakar, ASO, es francesa y un compañero me propuso. Fui y los organizadores decidieron contar conmigo para distintas carreras.

—Narre el momento en el que le dicen que va a Arabia Saudí, la sede del campeonato

—La primera vez que trabajé con ellos no tenía idea de quién era quién y los traté con mucha normalidad. Después me di cuenta que era gente de mucho peso en el mundo del automovilismo internacional. Y a los tres días de trabajar, me dijo el jefe técnico si tenía disponibilidad para ir al Dakar. Me lo dijo en inglés, pero con su acento francés. Yo hablo inglés perfectamente, pero se lo tuve que preguntar tres veces lo que me estaba diciendo porque no me lo creía.

—Y se cumplió, supongo, una aspiración a la que muy pocos llegan

—Es que es tan difícil llegar hasta ahí, que no me lo planteé nunca porque para mí era imposible al ser una empresa privada, donde no tienes la posibilidad de hacer exámenes o pruebas para entrar. Obviamente es un sueño ser la primera comisaria técnica en 44 años de historia del Dakar. Ellos pueden llamar a quien les dé la gana. Antes solo iban franceses. Este año yo era la única mujer y la única persona de nacionalidad española que ha participado como comisario técnico.

—¿Y cómo le trataron cuando llegó a Arabia y vieron que una mujer chequeaba los coches?

—A la mayoría de ellos los conocía de otros rallys, pero el Dakar mueve a mucha gente y otros no lo sabían. Es verdad que todavía hay que seguir peleando, siempre ha sido un deporte con hombres. Aunque hay un respeto mutuo, no es normal que haya mujeres. Siempre se pueden hacer algunas bromas, pero ahí estoy yo para defender mi puesto.

—¿Cuál ha sido su día a día en el Dakar?

—Se duerme poco. Te levantas antes de las cinco menos cuarto de la mañana. Éramos seis comisarios. Todos los días había que coger aviones porque se cambia de ubicación y el campamento había que moverlo entero. Hemos recorrido Arabia Saudí de norte a sur y de este a oeste. Los tres o cuatro días antes de que empezara el Dakar tuvimos que verificar los coches uno por uno. Estábamos como en un estadio y nos lo iban trayendo previa cita. Se volvía a verificar de manera aleatoria distintos sistemas de los vehículos cuando empieza el rally, en la salida, en algunos tramos de enlace, refuelling...

—¿Ha tenido que echar algún coche para atrás?

—Los primeros días sí. Algunos sistemas no estaban en condiciones.

La joven comisaria técnica, de 24 años, en Arabia, en el último Dakar. / D.C.

—Alguien puede pensar que esto le ha podido caer del cielo, pero lleva muchos años formándote. Dígame su trayectoria

—Con 16 años empecé a estudiar mecánica de coche, un grado medio en Ubrique. Fui la única mujer de mi promoción. En Jerez hice el grado superior de Automoción, había el doble de plazas y seguía siendo la única mujer en clase. Después empecé la carrera de Ingeniera Industrial a la espera de entrar en el máster del Profesorado porque quería empezar a opositar cuanto antes. Pero entré en el máster. Y ahora compagino los estudios, además, con mi trabajo en una ITV como inspectora mecánica desde hace cinco años. Los fines de semana los dedico a las carreras.

—¿Y cómo empatizaron sus compañeros cuando hacía la Formación Profesional?

—De mis compañeros no tengo ninguna queja. Ha sido gente de mi generación. Ha influido también mi carácter, ser echada para adelante. No he sido apocada y eso me ha ayudado a hacerme mi sitio. Cuando me gradué un profesor le dijo a mi madre que a lo mejor otra alumna se habría echado para atrás. Y fíjate recuerdo en la FP1 a otro profesor decir cuando estábamos en clase: “Vamos a estudiar el embrague, eso que se cargan las mujeres”. Y mírame a mí escuchando eso con 16 años.

—¿De dónde viene la afición por los coches?

—No sé, no tengo referencias en mi casa. No sé cuándo me vino. De pequeña decía que quería ser mecánica de aviones, tenía claro que la mecánica iba a formar parte de mi vida. Pensé hacer primero la de vehículos y después la de aviones por ser de la misma familia. Pero terminó enamorándome la de coches.

—¿Cree que en casa desde pequeñas no se ha fomentado ese conocimiento para arreglar cosas… y sí para el ámbito de los cuidados, por ejemplo?

—Por supuesto. Conozco el caso de alguna chica que ha planteado esta formación de mecánica y sus padres han dicho que no era cosa de mujeres. Hablo de chicas de mi edad. Cuando me comentan eso, no entiendo cómo un padre puede decir eso.

—Su madre, en ese sentido, la ha apoyado en su camino formativo y profesional

—Por supuesto. Con mi madre podría ser astronauta si hubiera querido porque ha creído mucho en mí. En mi casa, siempre se ha dicho que los hombres y las mujeres podían ser lo que quisieran, que lo único que hacía falta era tener ganas, estudiar y tener empeño y mucho coraje. Cuando he flaqueado un poco, mi madre ha estado ahí. Cuando empecé en los rallys, con 16 años, como era menor de edad, mi madre tenía que llevarme a las carreras en su coche.

—Cambiando de tercio, ¿cuántas veces ha pisado el circuito de Jerez?

—Muchas porque soy comisaria técnica de carreras, me llaman y me siento cómoda allí. Tengo mi mentor que es Enrique Vidal, que lo quiero como a un padre. Él y su mujer Macarena (comisarios técnicos) fueron los que más apostaron por mí. Agradezco también el apoyo de Manolo Alonso, el presidente de la Federación Andaluza de Automovilismo y de José Antonio González, el vicepresidente, que me han dado un gran voto de confianza en mi carrera.

— ¿Se puede confesar cuál es su piloto favorito?

—Sébastien Loeb. Ha ganado nueve veces el campeonato. Es el que más veces lo ha ganado. Estuve con él en el Dakar y precisamente hace unos días llegó de Arabia Saudí, se montó en un coche para competir y ha ganado el rally de Montecarlo.

—Supongo que andará contado ya los días para el Dakar 2023

—Ahora tengo más rallys en medio, autonómicos, nacionales, internacionales. De un año para otro ya tenemos las fechas del 80% de carreras de tierra, todo terreno, asfalto.. a las que puedo asistir porque en algunas soy permanente. Hay rallys que los hago todos los años, y otros saldrán por el camino.

—¿Puede seguir llamando la empresa organizadora de esta competición internacional?

—Eso espero. Hemos tenido buenas relaciones y ya he hecho tres rallys con ellos. Y me han dejado buen sabor de boca.

—¿A qué edad se sacó el carné de conducir?

—Con 18 años y en un mes me saqué el teórico y el práctico.

—Alguna afición...

—Me gusta mucho viajar y viajo mucho por tema de rallys y por voluntad propia. Viajar es un aprendizaje, que complementa mucho tu educación. Me gusta viajar y conocer culturas, ver la diferencia entre la educación que he tenido yo y los demás. Viajar es salir de tu zona de confort y ayuda mucho a no mirarse el ombligo y pensar que hay otras maneras de vivir.

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