Los mexicanos Uriel Moreno "El Zapata" y Humberto Flores, que sufrió una gran cornada en el muslo derecho, cortaron sendas orejas el domingo en la Monumental Plaza México, en la que Miguel Abellán se fue de vacío.

Con unos 14.000 espectadores, se lidiaron seis toros de Santa María Xalpa, desiguales en todo, sobre todo en tipo y pitones. Con trapío pero en líneas generales tirando a malo en su comportamiento. Los dos primeros, aunque con poca fuerza, se dejaron, los otros cuatro con un peligro sordo, sobre todo el cuarto, además de que se vinieron a menos y se rajaron.

Flores ha estado muy dispuesto, con deseos de agradar y aprovechó su primero, el de más clase, con una faena medida y con destellos de calidad. Lo mató muy bien para obtener una oreja. Con el problemático cuarto, se la jugó, sacándole pases de mucho mérito a un toro poco propicio y se entregó al entrar a matar siendo cogido y sufre una cornada grande en el muslo derecho que causa enorme desgarro muscular. Petición no concedida por el juez de plaza.

El Zapata, en magnífico momento, despliega mucha torería, valiente, entendiendo a sus enemigos, llevándolos bien toreados y con buen gusto. Muy por encima de su primero, al que mató superior, con petición y saludos.

En el quinto, que se negaba a embestir, le hizo inteligente faena, con muletazos de magnífica factura no calibrados por el público. Lo mató de estoconazo y el toro rodó sin puntilla. Fue premiado con una oreja muy merecida.

Abellán se lució en el tercero con el capote. Con la muleta dio dos pases naturales de gran calidad. El toro no ayudaba mucho y el trasteo vino a menos. Mató de dos pinchazos y estocada y escuchó palmas. Con el sexto, sin fuerza, sin ritmo ni nada, el madrileño estuvo dispuesto en todo momento y mató de media estocada y escuchó ovación.