El parqué
El mercado se recupera
Tan fugaz como mítica, la discoteca ejerció de imán, de punto de encuentro y sobre todo, de escenario de tendencias musicales aparentemente nuevas, desde el punk a la nueva ola, cuando la libertad tenía un precio. Hasta que los rockers y mods de turno se enzarzaron en una pelea más, la última bronca, un muerto en la puerta, y adiós a Rock Ola. Hoy es un almacén de trasteros, ayer fue tienda de muebles, mañana nadie se acordará de aquellas noches de garrafón y rocanrol. Veinticinco años sin templo son muchos para un mito casi fantasmal, el de la movida que jamás existió.
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