"Para Dinamarca y los niños hay un antes y un después de ‘Kriatura’"

Después de una semana intensa, Kristine Hastrup, responsable del Festival Flamenco para niños ‘Kriatura’, hace un balance positivo de esta experiencia, que más que un festival ha resultado ser, tal y como ella misma define, “un encuentro entre dos culturas”.

Para esta dramaturga danesa enamorada del flamenco, la iniciativa ha resultado "un éxito que no esperaba, sobre todo por la colaboración que hemos tenido por parte de la gente que ha puesto su corazón en este proyecto".

La experiencia ha supuesto, a juicio de Kristine Hastrup, "un antes y un después para las 50 personas danesas que hemos estado aquí". "Date cuenta- continúa- que los daneses somos muy tímidos y esto parece que nos ha cambiado la manera de ser. A mí me llamó ayer una madre para decirme que había vuelto a Dinamarca con otra niña".

Lo más bonito de esta semana de actividades ha sido "el clima de unión que ha existido, aquí no ha habido competencia, sino una puesta en común de dos culturas. Se trataba de estar juntos y para mí, ver a las danesas bailar en la calle, y a vecinos bajando de sus casas para ver qué estaba pasando en la calle es increíble".

“Los encuentros como este, los de verdad, son los que luego cambian el mundo, y si el turismo se enfocase de esta manera, estoy convencida de que todo sería distinto. El ejemplo es que las personas que han vivido esta experiencia, van a repetir y volver a Jerez, han respirado la esencia y un ambiente difícilmente explicable”.

Parte importante de este proyecto ha sido el cantaor Pedro Garrido ‘Niño de la Fragua’. Comprometido siempre con el flamenco, el jerezano fue "la última persona que se incorporó a un barco que ya iba navegando. Mi trabajo ha sido conectar las partes, pero luego he tratado, en la medida de mis posibilidades, respaldar la idea de cabo a rabo”. Desde su punto de vista, "es admirable cómo Kristine se ha entregado por completo a una causa que nos beneficia no sólo a Jerez, sino al mundo del flamenco. Ha revitalizado el barrio, ha fomentado el alojamiento, la gastronomía, la escuela, porque la presencia de centros educativos en Villamarta fue importante. Creo que ha habido muchos efectos colaterales para el flamenco y ella se lo ha tomado como algo personal".

"Los niños daneses han sentido lo que es lo vivencial, que en el flamenco es muy importante y eso es algo que se debería fomentar, porque a veces se habla de flamenco en el aula pero se pierde el toque vivencial, que para mí es fundamental".

El empresario jerezano Mario González, otro de los colaboradores en este evento, admite que la experiencia “nos ha hecho ver las cosas de manera distinta. Mezclarse con el pueblo ha sido interesante, sobre todo a nivel de los niños, que a fin de cuenta son el futuro. De hecho, he visto que los niños jerezanos han sido casi una especie de embajadores con los daneses. El flamenco lo conozco desde hace años, pero esta visión para mí es nueva".

En el grupo organizativo encontramos también a Ángel Villaescusa, regente de los Apartamentos Jerez, en plena Cruz Vieja. Para él, lo más sorprendente "ha sido la recepción que ha tenido el vecindario, ha sido como una especie de despertar".

Kristine Hastrup ya piensa en una próxima edición, “que habrá que preparar con tranquilidad”, aunque reconoce que la trascendencia a nivel de su país ha sido importante. “A Jerez ha venido la directora de la reunión de Cultura de Dinamarca, que antes dirigió la capitalidad de la Cultura de mi país, unos artistas muy famosos en Dinamarca, algunos políticos y representantes de la universidad y se han abierto líneas de colaboración para el futuro. Creo que Jerez y su flamenco son una referencia global y desde ahí tenemos que construir, porque a partir de ahora esta ciudad será una especie de fuente de inspiración para artistas de Dinamarca”.