Diario de las Artes

Festivas imágenes de una existencia a contracorriente

  • JOSÉ ANTONIO VALLEJO Galería Zunino SEVILLA

Festivas imágenes de una existencia a contracorriente

Festivas imágenes de una existencia a contracorriente

Que el arte es una búsqueda emocional es una premisa configurada desde toda la historia del Arte. Búsqueda y expresión mantenidas como especiales estados para poder vivir, si no absolutamente sin complejo alguno, sí con las circunstancias adecuadas para no sucumbir en esa selva umbrosa de sordidez reinante. Lo artístico siempre ha tenido unas señas identificativas que han permitido a sus creadores acometer, entre otras circunstancias, fórmulas relatoras de gran parte de la existencia de cada uno. Porque no es fácil atenerse a lo que demanda la sociedad, ni te lo permiten ni uno lo quiere; por eso, mantenerse vivo y expectante es mostrarse con las armas adecuadas para hacer ver la disposición a seguir viviendo y no desfallecer en el intento. Hacerlo es estar por encima del derrotismo, de las exigencias impuestas, de los caracteres inamovibles, de los horizontes opacos; es, en definitiva, airear los estandartes de la libertad. El arte debe ser una especie de abanderado de esa conciencia que permite la expresión absoluta de lo que se siente por dentro, de lo que se ha vivido – o te han dejado vivir -, de lo que se sueña, de lo que se ha querido recordar, aquellas vivencias que transportan el alma del pasado a una realidad, ya, única e intransferible.

José Antonio Vallejo ( Madrid, 1984) se vale de una serie de mágicos dibujos para ataviar un universo de recuerdos, un cúmulo de realidades vividas que marcan los momentos de un tiempo presentido que traen al presente muchos elementos que son iconos de un tiempo con muchos, con infinitos registros.

La exposición que se presenta en la sevillana galería Zunino – Cuesta del Rosario 8 -nos conduce por un universo de imágenes que revisan, sin acritud, una realidad que manifiesta muchas de las circunstancias que rodean un proceso vital y que surgen para revivir un estado del ser humano, de cualquiera ser humano y que al artista hace anónimo al prescindir de los ojos. El autor, con ello, no quiere ocultarse de nada ni de nadie, ni esconderse tras una máscara indefinida. Son imágenes que forman parte de su existencia, que hacen adivinar un proceso existencial complejo pero que, al mismo tiempo, desprende una entrañable galería de recuerdos de una infancia que se nos antoja feliz.

En sus dibujos, José Antonio Vallejo nos presenta, como protagonista, a un hombre desnudo o semidesnudo; desnudos que no escandalizan ni son escabrosos; que no inciden en aspectos malévolos de nada; ese personaje es un elemento más de un episodio donde las imágenes icónicas recurrentes – la piñata, el osito de peluche, los gigantes y cabezudos… - comparten existencia en una feliz realidad donde todo es posible, en un estado de cierta placidez, de ironía, de entrañable trasgresión visual, de morbo justo, de ingenuidad….

Una imagen de una obra de José Antonio Vallejo. Una imagen de una obra de José Antonio Vallejo.

Una imagen de una obra de José Antonio Vallejo.

La realidad de José Antonio Vallejo no se subvierte sino que está compuesta por muchas situaciones felices de un pasado del que, al parecer, no se quiere olvidar. El desnudo masculino no es un elemento determinantemente transgresor, es un modo de vida, un ejemplo vivificador de una existencia que quiere alcanzar un estado se suma expectación. Con las imágenes propuestas por el artista madrileño, la existencia asume un profundo status donde se yuxtapone un pasado, quizás complejo y marcado por los registros de una sociedad de burdos y absurdos argumentos, que deja entrever los esquemas posibles de una existencia si no feliz, sí, al menos, sin demasiados equívocos argumentos.

José Antonio Vallejo pinta y dibuja; y lo hace muy bien, con una línea argumental muy bien descrita, lo que nos hace adentrarnos por una sociedad ajena a los tontos estamentos habituales. Sus dibujos son especiales, entrañables, mediatos e inmediatos, salidos de un imaginario donde lo real marca uno de sus prismas actuantes.

Me gusta esta exposición de un artista a contracorriente, que pone la guinda justa para que su obra no se quede en burdas expresiones escabrosas para plantearnos una festiva visión de un juego donde el ayer y el hoy conviven en feliz fusión.Con esta exposición he descubierto a un buen artista y a una lúcida galerista que sabe lo que hace, Anabel Zunino, que con la colaboración de Rosa Jurado, de la galería Eldevenir, nos sitúan en los preclaros y convincentes episodios de un artista que plantea, con justa manifestación, esquemas de una existencia que, de otra manera, abrumaría y plantearía estados de suma sordidez. José Antonio Vallejo es, por tanto, un sabio hacedor de imágenes que inquietan felizmente y abren los horizontes de un mundo lleno de muy buenos registros emocionales.

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