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"Todos somos mendigos"

La Zaranda firma hoy en el FIT su nuevo epitafio con la puesta en escena de "Ahora todo es noche", donde se recuerdan y se proyectan

Enrique Bustos, Gaspar Campuzano y Francisco Sánchez en un momento de Ahora todo es noche.
Pedro Ingelmo

Cádiz, 26 de octubre 2017 - 08:26

"Que ya no estamos para ", me dice Eusebio Calonge, el que fue dramaturgo del teatro inestable de la Baja Andalucía y que ahora lo es del teatro inestable sin más, de ninguna parte, sin Baja Andalucía y sin Andalucía. Deslocalizados, como La Caixa: La Zaranda. "Lo que nos queda a los viejos es la sabiduría", le bromeo al otro lado del móvil, el artefacto con el que nos comunicamos por las prisas de los tiempos -antes esta charla anual siempre la habíamos tenido ante algún refrigerio en algún bareto-. "Bah, la sabiduría no vale para nada, se pone blanda muy pronto". Calonge es un pesimista nato y el deje de pesimismo, perdonen por la tristeza, se diría que está presente en el nuevo montaje que llega al FIT, Ahora todo es noche (Liquidación de existencias) y que ha triunfado en el Romea y por donde ha pasado. Están acostumbrados en La Zaranda al triunfo pero eso no les exime del pesimismo, no les afecta. "Que no es pesimista, te lo aseguro", me rebate.

Como están con un manos libres a una distancia de unos pocos kilómetros, a partir de ahora hablarán alternativamente el autor, Eusebio Calonge, y el director, Paco Sánchez, pero no sabré quién es quién. Un interesante ejercicio de incomunicación.

-Alguien ha hablado de esta obra como epitafio de La Zaranda.

-Cada uno de nuestros títulos es un epitafio. El paso del tiempo no deja de ser un epitafio, pero no es que estemos anunciando nuestra muerte. Bicho malo nunca muere. Habrá más epitafios.

-Es que como en este caso La Zaranda se menciona a sí misma, podría uno pensar en autobiografía o algo así como balance.

-Utilizamos una primera persona en lectura amplia, nosotros somos lo menos importante. Al hablar de nosotros nos situamos como un afluente cercano que permite hablar de muchas más cosa, cosas que son cercanas al espectador y cada espectador en un rinconcito de su alma se encontrará, o eso nos han dicho, con imágenes que no olvidarán nunca. Aunque claro, qué van a decir. Nuestro trabajo, el trabajo del teatro, es abrir en cada espectador esa ventana del espíritu.

-Han sido locos, ancianos... ahora son mendigos.

-En este oficio nunca se está muy lejos económicamente de estar al otro lado. Muchas veces nos separa una sola mensualidad de los cartones. La gente de teatro convive permanentemente con la precariedad. Aunque hablemos desde los recursos poéticos, las situaciones no se alejan del entorno y del contexto, de nuestra historia social y sí, del estado económico. Había muchos motivos para convertirnos en mendigos.

-Pero entiendo que no sólo mendigan limosnas. No hay nada en ustedes que no sea metáfora.

-Naturalmente, todos somos mendigos, siempre estamos mendigando sueños, ilusiones, amor... No hacemos otra cosa en esta vida que mendigar. Y a veces se encuentra lo que se mendiga. Es de León Bloy la frase, o algo así, que los ángeles también mendigan.

-Sus personajes, en cualquier caso, lo tienen crudo, la noche no acaba.

-En los momentos históricos o de crisis, y nosotros hemos vivido algunos como espectadores en Venezuela, ahora en Barcelona... todo es una noche en la que no se vislumbra el alba. Pero la poesía viene del oráculo, no es una historia ya pasada, sino futuro. Nuestros personajes vagan en la noche buscando un comedor social, luego los cartones donde pasar la noche... para convertirse, en una epifanía, en reyes en su trono, el reino de los mendigos. Es un ajuste de cuentas con su destino. Se entronizan para hacer hermosas sus batallas perdidas. Son personajes con los pies en el suelo que vuelan. Ya te lo he dicho, no es pesimista.

-Vuelven al FIT, como tantas veces.

-Nunca nos fuimos del FIT.

-No sé si esto se percibe... ¿qué evolución ven en el público en el festival...? No sé, lo mismo la pregunta es una tontería.

-El público del FIT de Cádiz es muy especial porque no es sólo el público de Cádiz. En una sola representación estás expresándote para un público que no es de un país en concreto y entonces tu lenguaje tiene que ser muy universal para que en una sola representación se produzca una comunión en la que cada uno encuentre paisajes que le sean propios. Pero ocurre últimamente que siempre que vamos a Cádiz nos tenemos que ir corriendo, por lo que no nos da mucho tiempo a saber, a percibir.

-Eso es señal de que el éxito les persigue, que han llegado.

-Sinceramente, ni sé lo que es el éxito ni a dónde hemos llegado. Salimos del FIT y volvemos al FIT.

"La política cultural en Andalucía ha sido desastrosa"

La Zaranda decidió eliminar de su sobenombre a Andalucía como una reivindicación creativa, pero también como una protesta. Son de los pocos artistas que pueden hablar claro porque no necesitan las muletas del dinero público para sobrevivir y esto le hace a Eusebio Calonge ser muy explícito a la hora de observar el panorama cultural en la tierra de donde salieron para triunfar en teatros de todo el mundo: "La política cultural en Andalucía ha sido desastrosa. Se ha gestionado a base de mucho dinero público que se han repartido cuatro amigos. De haber podido hacer de la cultura un instrumento de creación y expresión de aquellos que eran capaces de crear y expresar y compartir, todo se ha quedado en un mero instrumento de propaganda y de control ideológico". Aún así, Calonge, dramaturgo, está convencido de que todo va a cambiar porque "la poesía nos va a salvar. La gente que viene empujando y con ideas encontrará espacios vitales, y no económicos, luchará por mostrar lo que necesita mostrar y no por una subvención". Esto podría llevar, le apunto, a que un joven artista que leyera estas palabras se dijera "ya podrás decirlo tú, que no necesitais de subvenciones" y entonces Calonge admite un mal que detecta en una parte de los que están llamados a regenerar el oficio: "Los jóvenes tienen mucha prisa, la que nosotros teníamos, pero uno se vuelve sensato y va paso a paso". Hablando de mendigos, no hay mayor enemigo de la creatividad que mendigar subvenciones. Pero al tiempo también inciden en esa declaración de principios que les hace ahora llamarse Teatro Inestable de Ninguna Parte porque "hablando de teatro, todos somos nómadas, siempre tenemos las maletas hechas. El teatro no es de ninguna parte. Podemos tener nuestras raíces, que están ahí, pero cuidado, no se confunda eso con identidad, que puede llegar a ser una palabra muy peligrosa. Tú estas en el lugar al que perteneces cuando se apaga la luz en el teatro y sales al escenario y en ese momento no estás ni en Madrid, ni en Tokyo, ni en ninguna parte: estás en el teatro. Si uno se tiene que otorgar una patria, la mía tiene que ser esa", afirma rotundo Paco Sánchez, toda la vida sobre un escenario.

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