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Cultura

Un patrimonio conseguido con mucho entusiasmo

LA Diputación Provincial de Cádiz, desde los últimos años ochenta, ha apostado claramente por el Arte Contemporáneo. Esta premisa es absolutamente constatable. Primero fue aquel Certamen de Arte de Vanguardia que, poco después, se convirtió en Aduana, aquella convocatoria que anualmente traía hasta Cádiz lo más selecto del Arte y que sirvió para generar una colección que, con el discurrir de los años, llegó a ser grande, importante y con mucho futuro, lo que no se consiguió, quizás, por la poca visión de los políticos y por las secuencias de una crisis que, en la Diputación de Cádiz no sólo era de índole económica. Pero Aduana, que de convocatoria anual pasó a bienal, acabó muy pronto, demasiado pronto, por lo que suponía y por la trascendencia que tuvo. No obstante, siguió adelante en su afán de mantener su apoyo a la creación plástica más inmediata. Muchas y buenas exposiciones llegaban sin solución de continuidad al palacio provincial. Además, se abría en la calle San José un espacio expositivo en lo que era el Consulado de Argentina. La Sala Rivadavia venía a completar lo que tenía lugar en el Claustro de Exposiciones de la antigua Aduana de Cádiz. Se le dio, con buen criterio, una finalidad clara: presentar la obra de artistas jóvenes y que tuvieran un claro y convincente sentido de la contemporaneidad. Los más significativos artistas de esa generación nueva que, poco a poco, ha ido accediendo a posiciones importantes, presentaron su obra en las dos salas del edificio que lleva el nombre del presidente argentino. Al mismo tiempo, la colección se iba completando con obras adquiridas en ARCO y con donaciones de artistas. Pero, en los últimos tiempos, el esplendor expositivo que existía desde el seno de la Diputación fue decayendo apreciablemente. La crisis se hizo presente, las grandes y espléndidas muestras de no hace demasiado tiempo, fueron reducidas considerablemente; para colmo, Rivadavia cerró sus puertas para experimentar una remodelación. Este retroceso perjudicó notablemente en el deambular expositivo de la ciudad. La Diputación ya no tiraba del carro y eso se notaba apreciablemente.

Ahora, Rivadavia abre sus puertas. Noticia esperada que levanta las expectativas y reafirma las esperanzas para que Cádiz reencuentre el camino. Para el acontecimiento, los responsables han tirado de los propios fondos de la institución provincial; unos fondos muy bien estructurados, conseguidos con esfuerzo y mucho sentido. Algo que se demuestra en esta exposición donde se pone de manifiesto el carácter de una colección de Arte Contemporáneo donde abunda la variedad, lo que no es óbice para que la calidad y el acierto sea una nota de absoluta credibilidad. Obras que aglutinan lo consagrado con lo emergente, la pintura con la fotografía, lo de ayer con lo de hoy y con lo de mañana; los de aquí con los de fuera; en definitiva, la creación artística contemporánea en su máxima expresión.

Joan Fontcuberta. Luis Gordillo, Lita Mora, Amadeo Azar, Julio Galeote, José Luis Serzo, Manolo Sierra, Juan Carlos Toro, los Vendaval, Alberto Reguera, Daniel Verbis, Miki Leal, Juan Erlich, Cristina Lama y Manolo Bautista, quince artistas que inician un periplo que deseamos de corazón nos lleve al esplendor de otros tiempos.

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