Rafael Estévez. Director del Ballet Flamenco de Andalucía (BFA)

"En la foto de mi primer cumpleaños ya me están tocando palmas, y yo bailo"

  • En 'Flamencolorquiano', que hasta el 1 de septiembre se puede ver en el ciclo 'Lorca en el Generalife', se bailan los cantes que inspiraron al poeta o los que se encuentran en sus obras

Rafael Estévez (Huelva 1979) se subió por primera vez a un escenario con tres años, aunque cuenta que empezó a bailar mucho antes. Sólo así se entiende la dilatada experiencia que atesora el actual director del Ballet Flamenco de Andalucía a pesar de no contar aún con 40 años. Y no sólo en lo artístico, también en lo vital porque un problema de salud hizo que peligrase primero su vida y después su pierna izquierda. Después de pasar seis veces por quirófano, completamente recuperado y con el ánimo de alguien que se considera "un hombre que baila y un eterno aprendiz", esta semana ha presentado con la compañía pública su Flamencolorquiano.

-Hace poco que ha llegado pero, ¿qué impronta le gustaría dejar a su paso por el Ballet Flamenco de Andalucía?

-La de haber trabajado para y por los jóvenes valores de la danza y la música y por la danza y la música en general y el flamenco en particular. También por la puesta en valor del patrimonio y legado coreográfico y musical de nuestro país, de nuestras figuras históricas y de dar una oportunidades a jóvenes bailarines desconocidos que tienen una gran calidad, servir de plataforma a coreógrafos y creadores noveles.

-¿Le costó mucho elegir el elenco de bailarines?

-Tuvimos una difícil tarea pues había un gran nivel. Valeriano Paños y yo buscamos que los integrantes de los elencos con los que hemos de trabajar tengan personalidad, carácter y talento. No nos gusta la igualdad en un grupo... nos gusta el equilibrio.

-¿Prefiere bailar, coreografiar o enseñar?

-La verdad, me gusta hacer las tres cosas... creo que al 33,33% cada una. Pero sobre todo lo que más me gusta es aprender.

-Usted empezó en el baile con sólo tres años. ¿A qué se debió esa precocidad?

-Pues, creo que me tocó y ya. Fui yo el que quise y me subí por primera vez al escenario a esa edad. Según me cuentan mis hermanas bailo desde antes de cumplir un año. En la foto de mi primer cumpleaños me están tocando las palmas y yo estoy bailando.

-Para ser un buen flamenco hay que tener el foco mucho más amplio, interesarse por otras cuestiones artísticas como la pintura u otros estilos musicales. ¿Eso ha sido así siempre o es una exigencia nueva?

-Mi opinión es que, aparte del talento, para ser un buen flamenco, un buen clásico o un buen contemporáneo, un buen artista o un buen profesional lo que hay que ser es un buen aficionado al arte al que te dediques y a todas las demás artes... Pienso que siempre fue así.

-Para su trabajo en el ciclo Lorca y Granada en los Jardines del Generalife vuelve a contar con Valeriano Paños, bailarín y coreógrafo con el que formó Estévez/Paños y Compañía en 2003. ¿Ya no se apaña a coreografiar sin él?

-Estévez no se entiende sin Paños... No es que haya contado de nuevo con él, es que somos un tándem desde 2003 y tenemos un lenguaje de danza creado por ambos que se ha forjado muy poquito a poco. Valeriano Paños dirige conmigo este Ballet Flamenco de Andalucía y en este casi año y medio que llevamos al frente de esta compañía ha hecho un trabajo incalculable con los bailarines. Él es el responsable de que el elenco del Ballet Flamenco de Andalucía brille y tenga esa calidad que todo el mundo elogia. Es un creador que genera mucha danza y de una calidad suprema, de la que se nutren muchas personas del panorama actual del baile. Yo el primero.

-¿Cómo surgió este tándem artístico?

-Por pura admiración y respeto del uno por el otro y por una necesidad creativa común. Pura química.

-¿Cómo compatibiliza su cargo de director del Ballet Flamenco de Andalucía y su propia compañía?

-Estévez/Paños y Compañía está inactiva. Creemos que no se pueden dirigir dos compañías a la vez. Somos responsables y coherentes con el cargo y no nos parece ético estar en misa y repicando.

-¿Se puede dar rienda suelta a la fantasía y la creatividad igual en un ballet público que en una compañía privada?

-Evidentemente estamos dirigiendo una compañía que no es la nuestra y hay que ser coherente con lo que se dirige. Hacemos lo que queremos hacer, pero en la línea que creemos que debe llevar el Ballet Flamenco de Andalucía y también con lo que permite el espectáculo que vayamos a crear. En el caso de Flamencolorquiano no tiene sentido hacer lo mismo que en ...Aquel Silverio por ejemplo. Lorca se presta más al surrealismo, la estilización, lo experimental, etc.

-En la presentación señaló que Flamencolorquiano está inspirado en una experiencia personal. ¿Tanto dio de sí la visita a la hermana de la Argentinita?

-Muchísimo. Doña Pilar era historia viva y tuvimos el honor de encontrarnos varias veces con ella. Siempre fue muy generosa al contarnos sus vivencias, sus experiencias, sus deseos y preocupaciones con respecto a su legado artístico y el de su hermana.

-Es curioso lo que ha supuesto Lorca para el flamenco. Como usted ha destacado, "no fue cantaor pero generó cantes" y "no fue coreógrafo pero generó coreografías, bailes y ballet". ¿Todo eso sólo como teorizador y literato?

-No, como surtidor de sensibilidades, como energía generadora. Como artista genial. Como genio de genios.

-Ha señalado que lo bonito de su profesión es "la convivencia" con otros creadores, lo que le permite "seguir formándose diariamente". De todos los artistas con los que ha compartido escenario, ¿cuál le ha marcado más?

-Me han marcado muchos artistas, aunque con algunos no haya compartido escenario. De los creadores con los que he tenido el honor de bailar me han marcado especialmente Valeriano Paños y Merche Esmeralda. También, aunque todavía no nos hemos subido juntos al escenario, Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola. Y también muchos de aquellos artistas a los que he coreografiado y dirigido. Siempre estoy abierto a aprender de todo el mundo. No me considero ni bailaor, ni bailarín, ni maestro, ni artista... me considero un hombre que baila y un eterno aprendiz.

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