Por fin, ha sido un día para recordarlo. Álvar Núñez Cabeza de Vaca ya tiene, de nuevo, su calle en Jerez.

Se ha inaugurado oficialmente el vial público que lleva su nombre. En este caso ha sido una restitución, ya que nuestro ilustre paisano ya la tuvo en su tiempo, y durante muchos años.

Según los datos de que disponemos, en el año 1931 el Ayuntamiento decide rotular la céntrica calle Arcos con el nombre de Álvar Núñez.

Así se conoció hasta el año 1979, cuando se planteó la eliminación de calles que homenajeaban a personas y hechos relacionados con el periodo de la Guerra Civil y la posterior dictadura franquista, así como recuperar la denominación tradicional de otras, entre ellas la de la calle Arcos

Hasta ahí todo bien, sin embargo, los responsables de aquellos cambios en el nomenclator callejero no tuvieron la precaución de reubicarla de forma inmediata, y en un lugar tan destacado, como habían estado hasta ese momento.

Lo mismo le ocurrió a la calle Antonio Vico, que volvió a llamarse Algarve, la de Santiago Ramón y Cajal por Lancería, y la de Pérez Galdós por Armas.

En la actualidad todas ellas han sito repuestas a petición de la asociación cultural jerezana que represento, pero que debido a ese "olvido" (o dejadez) están ahora muy alejadas del centro histórico.

La de Álvar Núñez, que fue solicitada su reposición en el 2006, ha corrido mejor suerte al localizarse cercana al IES que lleva su nombre.

Álvar Núñez Cabeza de Vaca fue un personaje singular, un aventurero ilustrado de la primera mitad del XVI. Un hombre dispuesto a incorporarse a la gran epopeya americana, en su deseo de descubrir y conquistar un continente para la corona española.

Hasta hace bien poco los historiadores dudaban de su lugar de nacimiento, dato que ha quedado definitivamente aclarado. Nació en Jerez de la Frontera, entre los de 1488 y 1490, y falleció en Sevilla el 27 de mayo de 1559, desgastado por tanto ir y venir por tierras lejanas como por las tribulaciones que le hicieron pasar sus enemigos, los propios españoles.

Exploró la costa sur de Norteamérica desde la actual Florida pasando por Alabama, Misisipi y Luisiana y se adentró en Texas, Nuevo México, Arizona, y en el norte de México hasta llegar al golfo de California. Antes de iniciar su segundo viaje a América, esta vez para el Sur, el rey Carlos I de España le otorgó el título de segundo adelantado y lo nombró capitán general y gobernador del Río de la Plata. Fue el primer europeo en llegar a las cataratas del Iguazú.

La memoria de tales proezas quedaron escritas en su libro publicado en 1542: Naufragios y comentarios.

En nuestra ciudad se le recuerda también por el centro de enseñanza secundaria, como por el monumento situado en la calle Ancha, junto a la muralla. El grupo escultórico es obra del artista Eladio Gil, inaugurado en 1991. En la actualidad está siendo objeto de un intenso trabajo de adecentamiento.

Hasta fecha reciente la Biblioteca y Archivo municipal tan solo disponían de tres biografías dedicadas a nuestro destacado paisano, pero en la actualidad suman ya la veintena de estudios sobre Cabeza de Vaca, diecisiete de los cuales han siso donados por el que esto escribe.

Su figura y hazañas siguen despertando interés. En el 2014 la universidad de Oklahoma editó el trabajo de la historiadora americana Robin Varnum, Álvar Núñez Cabeza de Vaca: American Trailblazer.

Y más reciente, la revista Andalucía en la Historia, en su número del pasado mes de julio, recoge un extenso artículo titulado El Ulises que regresó de ultramar..

Y aún recuerdo el estreno en Jerez, el 28 de febrero de 1992 de la única película que hasta ahora se le ha dedicado, una producción mexicana con Juan Diego dando vida a Cabeza de Vaca.

Una proyección en primicia, y por primera vez en toda Andalucía, que organizó el Cine-Club Popular en el centro cultural de la Caja de Ahorros de la Plaza de las Marinas.