Bellísima diversidad

No cabe la menor duda de que la gran noticia de los primeros días del año ha sido la llegada de la Virgen de la Trinidad a la hermandad de Humildad y Paciencia. Ha sido un impacto el que ha propiciado esta imagen que hace ya meses la cofradía del Jueves Santo decidió que se modelara en el taller del alicantino Ramón Cuenca Santo.

Una imagen que, acompañada de un San Juan verdaderamente portentoso, ha calado en el mundo cofrade en general. Tanto ha sido así que hay algunos cofrades que ya abogan por cambiar el popular nombre de Humildad y Paciencia por el de la hermandad de la Trinidad. Es normal si tenemos en cuenta que ahora la moda cofrade pasa por cambiarlo todo. Las que son de gloria las hacemos de penitencia, las advocaciones se traducen en otro concepto y a las túnicas les damos un giro.

Pero adentrándonos en la Virgen de la Trinidad y dejando a un lado los jardines, hay que aplaudir a la hermandad por la decisión tomada. Y ya no solo por la belleza de ambas imágenes, sino por haber aportado por una singularidad muy acuciada y por aportar algo nuevo a la imaginería pasional de la ciudad. De puro estilo levantino, la Virgen de la Trinidad y San Juan forman parte de un hecho que diferencia del resto a la de Humildad y Paciencia. Y eso enriquece mucho al patrimonio artístico de la Semana Santa de Jerez. A partir de ahora, los cofrades de Humildad y Paciencia (que no de la Trinidad porque el devocionario popular así lo ha querido) tendrán a su bellísima imagen de María para rendirle culto y devoción. Y cuando salga en su palio que ya se cuenta que será de estilo puramente 'antequerano', a aportar algo nuevo a la Semana Santa de la ciudad. Bendita diversidad cofrade que algunos intentan meter con calzador y que en esta hermandad sale de una manera natural.