Nuestros políticos sufren, a veces, o siempre, de dualidad discursiva. Nos guste o no, nuestro sistema democrático establece que las cámaras legislativas deciden la composición de los ejecutivos. Por lo tanto, ganar unas elecciones no garantiza gobernar. Pero esta máxima, según convenga, se le olvida a la clase política. Ahí tienen al PP que lleva reprochándole al PSOE y a Mamen Sánchez desde 2015 que accediera a la Alcaldía de Jerez con un "pacto de perdedores". En cambio, muy contentos están desde la noche del 2 de diciembre porque ya presagiaban que iban a gobernar en la Junta, a pesar de que algunos de los partidos que perdieron tendrían que pactar. Pero también esta dualidad la sufre el bando socialista. Durante estos días, y con el cambio de gobierno de la Junta, hay dirigentes del PSOE que han dicho que Juanma Moreno es un 'okupa' en San Telmo cuando el dirigente popular ha hecho lo mismo que hicieron los socialistas jerezano en 2015: pactar con otros partidos perdedores para ocupar la presidencia. Pero ya se sabe que la política es el arte de la contradicción.