Por dónde empezar

En contraposición con los humanos, el autor sostiene que animales y plantas nos dan lecciones permanentes con su infinita capacidad de adaptación al medio, por muy hostil que este sea. Curiosa paradoja que invita a meditar

Lecciones de naturaleza. Lecciones de naturaleza.

Lecciones de naturaleza. / ©️ Jesús Benítez

Sobrevivir es el único objetivo compartido a nivel planetario. Lo más común y extendido es la maldita discordia, que casi siempre prima sobre el encuentro. Por desgracia, los habitantes de este mundo no suelen ponerse de acuerdo, aunque quizá nos bastarán tímidos rayos de sol para motivarnos al unísono cuando ocurra el apocalíptico diluvio universal. Eso está por ver. Ya se sabe que al final, por unos u otros, "de todo se sale", que decía mi madre. Y parece ser que en ello estamos, albergando la esperanza compartida de que las vacunas nos librarán de esta pesadilla llamada pandemia, cuyo origen se atribuye inicialmente a un murciélago malavenido.

Lo curioso o paradójico es que a efectos de supervivencia, los animales y plantas nos dan lecciones permanentes a los humanos, con su infinita capacidad de adaptación al medio, por muy hostil que este sea. Ahí están, por ejemplo, las repugnantes cucarachas que sobreviven en la faz de la Tierra desde hace más de doscientos millones de años. No en vano, esos ancestrales insectos pueden pasarse un mes ayunando y vivir sin aire durante 45 minutos, o ralentizar incluso los latidos del corazón. Por lo que a mí respecta, desconozco cuánto tiempo aguantaré hasta ir al médico y relatarle todo lo que he ido acumulando en el último año sin acudir a la consulta.

No sé qué será de muchos, pero esta epidemia global no sólo se va a llevar por delante a los que pille el maldito virus. Me vienen a la memoria las palabras del torero Paquirri, objeto habitual de 'revisionismo histórico' en el programa televisivo Sálvame, describiéndole al galeno que le atendía la embestida mortal que acababa de sufrir el 26 de septiembre de 1984 en Pozoblanco (Córdoba): "Doctor, yo quiero hablar con usted porque si no, no me voy a quedar tranquilo. La cornada es fuerte. Tiene al menos dos trayectorias: una para allá y otra para acá. Abra todo lo que tenga que abrir y lo demás está en sus manos". Sin duda, la comparación es odiosa, pero yo no sabría por dónde empezar…

(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue Editor Jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como Jefe de Prensa del Circuito de Jerez.

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