
Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
¿Burbuja inmobiliaria?
Opinión
Ayer hizo un año que te fuiste, un año en el que no hemos podido ocupar ese vacío que nos dejaste. Todos te echamos en falta, porque siempre fuiste el punto de apoyo para tu familia, el pilar en el que nos dejábamos caer en los momentos duros, desde mamá a tus hijos.
Me acompañabas cuando tenía que trabajar temprano, y allí estabas para que no fuese sola o para ayudarme a montar, cuando lo tenía que hacer a primera hora de la mañana.
Ha pasado un año y todos te seguimos teniendo presente, porque tu huella es muy grande. Quizás a veces, echamos de menos ese aliento y optimismo que siempre nos ofrecías, porque hasta en los malos momentos, tú siempre nos dabas la fuerza necesaria. Luego, tengo que reconocer que durante este tiempo, he sabido que había momentos en los que tú también te derrumbabas, pero claro, nunca delante de nuestros ojos.
Un año después seguimos recibiendo el calor de la gente que te quiere, de todos aquellos que compartieron contigo momentos inolvidables. Las niñas, porque fuiste el primero en Jerez en apostar por el equipo femenino, no han parado de deshacerse en elogios hacia ti, igual que tu equipo de niños, esos que pudieron dedicarte el título conseguido el año pasado. Todos, como nosotros, hemos sufrido tu ausencia, pero ahora, un año después, te recuerdan con el cariño y la sonrisa que siempre les distes.
Quizás gracias a ese fútbol que tanto amaste, pudiste batallar contra los momentos duros, porque ya sabemos que el deporte, te daba la vida.
Hasta aquellos que en su momento coincidieron contigo y con el resto de árbitros en los municipales o la Liga Local de Fútbol Sala, sólo tienen palabras de elogio hacia ti. Igual que tus compañeros de trabajo en el Ayuntamiento. Por algo será, digo yo.
Recuerdo tu personalidad, siempre risueño y buscando un sentido bonito a la vida, y esa humilidad y llaneza a la hora de compartir cada día.
Te recuerdo elegante, porque te gustaba vestir bien y ronear, por qué no decirlo, y esa pasión por el Prendimiento aquellos Miércoles Santos.
Sólo quiero que sepas que seguimos queriéndote, cada día más si cabe, y que sobre todo mamá, porque al fin y al cabo no podíais estar el uno sin el otro, Carlos y todos nosotros te echamos mucho más en falta. Besos al cielo.
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