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Análisis

pepe marín

Cómo bailan los caballos andaluces

El pasado viernes 14 de enero el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín, estuvo en la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre con el fin de presentar la nueva plataforma de contenidos audiovisuales 'Andalucía deja Huella', para dar una mayor proyección al mundo del caballo. Los proyectos anunciados han despertado en mí el deseo de poner al día mi vinculación profesional con dicha institución ya que, sin ser jinete, desde el mismo día de su nacimiento, 13 de mayo de 1973, he estado vinculado al espectáculo 'Cómo bailan los caballos andaluces', germen de la hoy Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre y, aún cuando han sido y son muchos los espectadores que se han referido a mi trabajo de narrador del referido espectáculo -los primeros años en vivo y en directo y con posterioridad voz en off-, he querido traer hasta aquí un retazo de mi participación en la historia del propio espectáculo y de la institución que lo acoge, aprovechando la ocasión para dejar constancia de que, si lo considera quienes en ello van a trabajar, decirles que estoy a su disposición.

Lo primero que viene a mi mente es el acto primigenio celebrado en los jardines de El Bosque cuando los entonces príncipes de España, Juan Carlos y Sofía hicieron entrega del Caballo de Oro a Álvaro Domecq Romero y éste, fundador, secundado por los jinetes Antonio Romero Calderón 'El Pelao', Antonio Diosdado Galán, Manuel Vidrié Gómez, Francisco Javier García Romero y Manuel Méndez Parejo, Maribel Domecq Ibarra (esposa del director) ejerciendo de técnico de sonido y quien les comenta como narrador, fuimos testigos de excepción del nacimiento de un acontecimiento ecuestre que aún perdura y perdurará: la presentación en sociedad del espectáculo 'Cómo bailan los Caballos Andaluces'.

Desde aquella noche el invento tomó cuerpo y su primer domicilio fue el picadero montado en donde hoy se alza Ifeca. A dichas instalaciones solíamos acudir con relativa frecuencia. Y digo acudíamos porque José Quevedo (q.e.p.d.) cuya vinculación a la Casa Domecq fue desde siempre, era el encargado de recogerme de mi puesto de trabajo en Radio Popular a fin de acudir al espectáculo.

A partir de ahí vinieron las incontables salidas primero a poblaciones próximas: Sevilla (creo recordar a beneficio de Cruz Roja), Plaza de Toros de Puerto Banús, Extremadura, Casa de Campo de Madrid y otras ciudades españolas. Después llegarían los más diversos países de Europa y América. En 1974, alternando con la Escuela de Viena, Álvaro Domecq y Díez recibió la Copa de Oro en las instalaciones traseras del palacio Recreo de las Cadenas. El 15 de octubre de 1987, nace la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre bajo la presidencia de los entonces reyes de España. En 1992 estuvimos en la Real Maestranza de Sevilla con ocasión de la Exposición Universal y volveríamos a dicho escenario el 17 de marzo de 1995 con ocasión de la boda de la infanta Elena, retransmisión en directo a través de TVE con dirección de Pilar Miró. Han sido tantos los acontecimientos protagonizados primero sólo con la denominación 'Cómo bailan los caballos andaluces' y más tarde bajo el manto de la Real Escuela que su reseña requeriría un espacio del que no dispongo.

Dejar constancia por último de los nombres de los directores con los que he colaborado: Álvaro Domecq Romero en su inicio, Juan Antonio Maldonado Gordon, Francisco Reina Osuna y el que lo es en la actualidad, Jorge Ramos Sánchez con el que he colaborado el día en que dispuso, con gran acierto, agradecer a cuantas personas, instituciones civiles y militares han venido colaborando en estos tiempos de pandemia. Hasta aquí, sólo unas pinceladas para referir lo que continúa siendo mi vinculación al espectáculo así como a la Real Escuela.

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