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Análisis

andrés luis cañadas

La historia de una 'Entrega'

La Semana Santa de Jerez, en este año y mas en concreto la tarde del pasado sábado de pasión, ha vivido no un entreguismo sino una auténtica conquista; uno de esos instantes inolvidables que van conformando la pequeña historia de una ciudad, en este caso con la llegada de la Hermandad de la Entrega, de Guadalcacín, que desde su constitución ya anhelaba formar parte de la numerosa nómina de cofradías jerezanas y que venciendo no pocas dificultades, incomprensiones a veces que aún continúan, ha mostrado a todos y en especial al llamado mundo cofrade - en el que nunca faltaron voces que tachaban el proyecto de locura - que querer es poder y que la ilusión, el tesón y la voluntad acaban con cualquier resistencia…

Necesitaba nuestra Semana Santa, acomodada en tantas ocasiones, un ejemplo como el que los cofrades Guadalcacileños nos acaban de dar y además con verdadero empaque, venciendo todos los impedimentos y dificultades para venir desde esa distancia que no pocos estimaban insalvable hasta el Cristina; donde Jerez convierte la madrugada santa "en la noche de Jesús"; para ratificar ante propios y extraños su legítimo orgullo de pueblo, que si antaño fue un experimento de parcelación agraria hoy, en pleno siglo XXI, es ya parte del propio Jerez, pero con personalidad propia…

Por eso están de más las sesudas opiniones de conspicuos cofrades, que estiman que lo del sábado de pasión no volverá a repetirse y que la Catedral sigue quedando muy lejos para la Cofradía de la Entidad menor, y por supuesto las que sustentan alguna gente de dicha zona del extrarradio que piensan que la Entrega debe quedarse allí para su propio disfrute y no emprender su acercamiento al centro de la ciudad, de la que ellos mismos forman parte…

Pero el contraste entre estilos y pensamientos diferentes ha quedado meridianamente establecido el pasado fin de semana, tras dos años sin procesiones, con una joven cofradía cuyo anhelo ha sido siempre el de

llegar hasta el primer templo diocesano y otra que, a lo peor por desconocimiento del espíritu fundacional de nuestra diócesis, acordó en su día demorar su llegada a la Catedral del Salvador hasta que Jerez no tenga procesiones la jornada del Sábado Santo, como en Sevilla que diría aquel...

Y es que hay gente "pa to".

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