PAU de políticos

De verdad que es difícil digerir que no se le caiga la cara de vergüenza de actuar como actúa la clase política de nuestro país dado que otra cosa más ética no se les puede caer porque carece de ella. No de otra forma se entiende que estén a años luz de los ciudadanos y que anden enfrentados en el cuadrilátero de la farsa del tú más que yo. Por eso no entendemos que no sean capaces de sentirse responsables de buscar soluciones, de encontrar criterios de ayuda a los problemas o que sean tan ineficaces a la hora de reaccionar ante las vicisitudes de los que gobiernan.

En Sevilla o Jerez, como ejemplo, siguen sin darse cuenta que los programas de reactivación económica, social y cultural hacen aguas. Desde hace muchos lustros siguen vacíos de contenidos desde el mes que acaba la feria hasta bien entradas las fiestas navideñas con zambombas incluidas porque nada se planifica para los meses que ahora vivimos y lo peor es que esto sucede año tras año sin que nadie proponga algo por aliviar la situación en la que la economía cae en la más honda de las desdichas, empecinados como siempre en hacer del ocio y el turismo el único de los alicientes. Además, parecen no saber de qué se habla cuando se habla de los datos del paro, de las cifras de afiliados, de los problemas para encontrar vivienda de los más jóvenes, de los problemas de la autopista de Sevilla a Cádiz o de los atrasos y parones de los trenes en media Andalucía. N

o solo no saben qué contestar ni saben qué hacer para solucionar temas, sino que además practican la endogamia más sutil para parapetarse en la sinvergonzonería. Eso sí, hacer ruedas de prensa pactadas, hacerse fotos, practicar la verborrea, rellenar minutos de telediarios o dar afirmaciones vacías es un modus operandi generalizado. En tiempos de caracoles con cuernos hervidos deberíamos pensar en quienes de ellos aprobarían la selectividad. Sería mucho pedir.