Que la sociedad en la que vivimos está perdiendo valores a pasos agigantados es algo de lo que todos, hasta el más despistado, nos damos cuenta a diario. La pérdida de valores repercute negativamente a todos, principalmente porque deben ser la base de la educación y la formación. Pero lo realmente grave ya no ese sangrado constante, sino que esa herida se aumenta con situaciones como la falta de respeto a los demás. Y digo esto porque los hechos acaecidos en la madrugada del pasado sábado en la calle La Merced, cuando varios desalmados destrozaron con sus vehículos las alfombras que varios jóvenes de la ciudad habían realizado durante la tarde anterior con motivo del paso de la patrona ayer domingo, es el colmo de la incoherencia. Si en una sociedad como esta, en la que la prisa y la incultura hacen tanto daño, que lleguemos a faltar el respeto al trabajo de los demás, es para analizar, sobre todo por lo que supone una desconsideración al vecino que hace peligrar la convivencia. Por eso, alguien debería actuar para que este acto no quedara impune. Ya está bien de tanto listillo.

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