El Partido Popular, cuando menos se lo esperaba, se vio gobernando en Andalucía. Aunque nadie lo quiera reconocer, eran contados los populares que tenían esperanza de que en las elecciones del pasado 2 de diciembre pudieran lograr el objetivo de desterrar al PSOE del Palacio de San Telmo. Pero gracias a la aritmética parlamentaria, Juanma Moreno pudo jurar el cargo de presidente de la Junta cuando algunos ya habían preparado sus exequias políticas. Ahora bien, al PP le queda lo más difícil, cumplir con lo prometido pues desde hace años llevaba tirando por largo en aquello del 'puedo prometer y prometo'. Ahora bien, conocedores ahora de que no podrá ejecutar todo lo comprometido, los dirigentes populares ya apelan a la cautela con el lema de que en cuatro años no se puede arreglar lo pendiente en 40 y alertan de que el presupuesto autonómico da para lo que da. Eso sí, no dude de que el PSOE empezará a sufrir de incontinencia verbal en breve y empezará a reclamar lo que hasta no hace mucho negaba. Es el síndrome de la oposición.

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