Luis Chacón

BUSCAR UN ESPEJO

Quousque tandem

Ensimismarse anula la razón, sea en el ámbito más reducido de una familia o en el más que amplio de un país

11 de septiembre 2023 - 00:00

Una de las escenas más exquisitamente desopilantes de la ya legendaria serie Downton Abbey es aquella en la que la inefable condesa viuda –interpretada por una impagable y excepcional Maggie Smith– le comenta a su nuera Cora que tiene muchas ganas de ver a su madre, porque estar con ella es un recordatorio de las virtudes de los ingleses. Extrañado, Matthew, el esposo de su nieta, Lady Mary, le pregunta: “¿Pero no es americana?”, a lo que Lady Violet, con un gesto displicente, contesta de modo lacónico y contundente: “Por eso”.

Cuando no somos capaces de ponderar nuestra realidad, sea personal o colectiva; incluso, a veces, de comprenderla, o de reconocer nuestras propias virtudes –o defectos–, no hay nada mejor que buscar un espejo en qué mirarse. Y es indiferente que se trate de un individuo o de un grupo humano mayor o menor, pues ensimismarse anula la razón, sea en el ámbito más reducido de una familia o en el más que amplio de un país. Por eso, porque siempre hay que mirar hacia afuera, no hay método más eficaz para analizar la realidad que la comparación. Crítica, analítica y sincera. Asumamos que casi nada es absoluto. Y además, que todo es mejorable y empeorable. O, cuando menos, susceptible de evolucionar en cualquier dirección, deseada o no. No hay límites para la excelencia ni para la mezquindad. Para evaluar la pobreza o riqueza de alguien hay que establecer respecto a quien. E igual ocurre con cualquier aptitud, actitud o realidad humana. Hasta la bondad y la maldad son graduables cuando ponemos en relación las actitudes de unos y otros. No se trata de conformarse con el socorrido, “otros están peor”, como en aquellos versos que Calderón pone en labios de Rosaura en La vida es sueño y que muchos aprendimos en nuestros años escolares. Quizá los recuerden: “Cuentan de un sabio que un día / tan pobre y mísero estaba, / que sólo se sustentaba / de unas hierbas que cogía. / ¿Habrá otro, entre sí decía, / más pobre y triste que yo?; / y cuando el rostro volvió / halló la respuesta, viendo / que otro sabio iba cogiendo / las hierbas que él arrojó”.

Debemos ser conscientes de qué somos, cómo estamos –o nos sentimos– e incluso qué parecemos ante quienes nos rodean y no dejarnos engañar por presunciones o imágenes distorsionadas que sólo pretenden consolarnos, sin servir de acicate para cambiar nuestra realidad, incluso aunque nos satisfaga. Porque todo es siempre mejorable.

stats