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CATAVINO DE PAPEL

Manuel Ríos Ruiz

Celebración de la pintura de Francis Bacon

SU convicción la dejó patente con las siguientes palabras: "La misión del arte no es copiar la naturaleza, sino expresarla". Así entendía su arte Francis Bacon, el pintor que nació hace ahora un siglo en Dublín, Irlanda, y murió en Madrid, en mil novecientos noventa y dos, cuando preparaba una exposición. Y en estos días se está celebrado su pintura en el Museo del Prado, con una exposición monumental compuesta de setenta y ocho obras, que dejan patente su estilo que ha sido calificado de salvajismo pictórico. El decía que las Furias le visitaban con frecuencia. Debió ser así, es lo que se piensa al contemplar sus cuadros. Los tres estudios que contemplamos para figuras de su "Crucifixión", lo ponen de relieve. Lo explicó en su momento: "La Crucifixión" es un espléndido armazón del que se pueden colgar toda clase de sentimientos y sensaciones, no he encontrado otro tema que haya servido tanto para abarcas ciertos sectores del sentimiento y de la conducta del hombre."

Otra peculiaridad de la exposición son las cinco versiones que hizo de un retrato de Velázquez, el retrato del Papa Inocencio X. Una de ellas con la boca abierta, porque siendo ateo despertó en él "toda clase de sentimientos e imaginaciones". En torno a esta invención, Francis Bacon, explicó lo siguiente, porque se dio cuenta de que eran cuatro y que no podía hacerse más sobre el mismo: "Siempre me han impresionado los movimientos de la boca, y la forma de la boca y los dientes, me gusta el brillo y el color que sale de la boca. Siempre tuve la esperanza de de poder pintar la boca lo mismo que Monet pintaba una puesta de sol. He deseado pintar la sonrisa, sin lograrlo jamás:"

Dawn Ades, especialista en la pintura de Bacon, cree que logró con su arte la supervivencia de la pintura del siglo XX y considera que es el "modernista contestatario." Y continúa: "Su estilo pictórico no tiene nada que ver con el idealismo, sino que su lucha estaba centrada en hacer una pintura inmediata y directa, sin ser por eso un pintor naif, y claro está, tenía una profunda inclinación intelectual con el tema, conocía mucho de literatura. Bacón encontró un amanera de hacer nueva pintura. Fue un verdadero maestro del siglo XX porque pudo romper con el lenguaje tradicional de la figuración. Su obra no cuneta historias, sino que hace partícipe al observador quien se siente englobado en la tela. Bacon no narra sino habla de algo que concierne a la experiencia humana. Es por eso que no se puede relacionar con el expresionismo u otras corrientes pictóricas".

Y Manuela Mena, comisaría de la exposición, nos comenta: "Es el artista del horror y la violencia, pero también de la fragilidad, el paso del tiempo, la muerte, la nostalgia, la poesía…Y esta exposición es un laberinto con sorpresa a cada esquina". Sí, el arte de Francis Bacón, nos alucina. Damos fe de de tamaña sensación.

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