¿Conquista o genocidio?

COMO vivimos en un país hamletiano que no sabe muy bien ni lo que es ni lo que quiere ser -si es que quiere ser algo-, cada vez que se celebra la fiesta nacional volvemos a las polémicas de siempre. Y una vez más han surgido las voces críticas que han denunciado la conquista española de América porque fue un genocidio. ¿Lo fue? Cualquier investigador serio sabe que no, y para ello bastaría consultar con cualquiera de los muchos historiadores americanistas de primera fila que tenemos en Andalucía. Ahora bien, ¿hubo matanzas durante la conquista española de América? Pues claro que las hubo, y fueron muchas, y de una extrema crueldad, igual que ocurría en cualquier otro enfrentamiento bélico de la época, ya fuese en China o en el Imperio Otomano o en los Países Bajos. Estamos hablando del siglo XVI, y en aquella época no existían las normas de la convención de Ginebra, que por cierto tampoco es que se respeten mucho hoy en día (basta pensar en Siria). Pero en nuestra época se ha puesto de moda la "falacia retrospectiva", esa curiosa trampa metodológica que permite juzgar y condenar los hechos del pasado con arreglo a las ideas y a los prejuicios del presente. Y claro está, si juzgamos la conquista de América con arreglo a nuestra sensibilidad actual, aquello fue una barbaridad que debería ponernos los pelos de punto. Ahora bien, en términos de la mentalidad del siglo XVI -es decir, de lo que la gente de aquella época creía y pensaba y sabía del mundo-, la conquista de América fue una epopeya admirable. Tan simple como eso.

La América anterior a la conquista no era un Edén virginal en el que todo era armonía y paz, sino un vasto territorio en el que unos pueblos indios luchaban sin fin contra otros pueblos indios en unas interminables guerras de exterminio. Y la crueldad de los aztecas contra los tlaxcaltecas, o de los incas contra los aymaras, o de los diversos reinos mayas que combatían entre sí, fue cien veces peor que la crueldad que los españoles ejercieron contra los indios. No hay que olvidar que en la América precolombina existían los sacrificios rituales y el canibalismo. Cualquier persona mínimamente informada debería conocer estas cosas, pero en estos tiempos es mucho más fácil gritar y gritar antes que pararse un segundo a leer un poco. O a pensar un poco, que quizá sea aún más difícil.