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Juan Antonio Bellido / Juantobe@gmail.com

¿Fobia escolar o miedo a separarse de los padres?

Cada año, al comenzar el curso escolar, aumentan el número de consultas relacionadas con la fobia escolar. Podemos señalar que en el 75% de los casos la fobia escolar no es más que un reflejo de otro trastorno, el trastorno de ansiedad por separación, en la que los alumnos muestran un alto índice de ansiedad al separarse de sus padres. Por eso, quizás sea más conveniente verlo como algo que trasciende el mero "miedo al colegio". Aunque no está de más realizar las investigaciones pertinentes con el fin de descartar un posible acoso escolar ante el que todo el planteamiento cambiaría.

Estos alumnos suelen presentar ciertos síntomas psicosomáticos como dolores de cabeza, náuseas, mareos, diarreas, trastorno de sueño, etc. Lo peculiar del cuadro es que se repite en momentos muy concretos, apareciendo los domingos por la tarde y por las mañanas antes de ir a la escuela, agudizándose durante el trayecto hasta la misma. Los síntomas remiten conforme pasa el día y desaparecen completamente durante el fin de semana. Suele venir asociada a episodios de depresión y baja autoestima. Por esto, si no se solventa en un tiempo prudencial es conveniente visitar a un especialista.

Detrás de un niño con problemas hay, casi siempre, una familia con problemas. Tras este cuadro suelen aparecer unos padres tremendamente sobreprotectores que han reaccionado siempre con ansiedad a la separación del hijo, ansiedad que termina proyectándose hacia el hijo coartando una correcta evolución personal hacia la autonomía y autosuficiencia, disminuyendo la confianza en sí mismo y evitando el aprendizaje de recursos necesarios para paliar las tensiones del día a día sin asistencia de los padres.

Después, aunque muchas veces ni siquiera es necesario, cualquier estímulo precipitante como el mal gesto de un compañero, profesores rigurosos o cualquier situación, por nimia que sea, pueden desencadenar la fobia. Ante esta situación deberíamos analizar, desde nuestra perspectiva paterna, del porqué nuestro hijo presenta fobia escolar, bajo qué tipo de dinámica y pautas se desarrolla la interacción en nuestra familia nuclear con el fin de erradicar, modificar o implementar pautas para un desarrollo adecuado. Aun con todo, no menos evidente es la necesidad de un plan de choque para paliar de inmediato los posibles efectos que la fobia tendrá en el alumno, tanto a nivel escolar, social como clínico.

Recomendaciones a los padres:

Si aplicamos las siguientes recomendaciones la fobia escolar debería desaparecer en 3-4 semanas.

- Si el pediatra ha descartado cualquier etiología médica de los síntomas, haga retornar lo antes posible a su hijo a la escuela.

- Avise a los profesores del problema para que ante la aparición de síntomas no actúen inmediatamente enviando a los niños a casa o llamando a los padres. Deben darle unos 10-15 minutos para ver si los síntomas remiten.

- Los momentos más difíciles son las mañanas. Actúe con firmeza. No pregunte a su hijo cómo se siente para no estimularlo a quejarse. Si su hijo se queja presentando los síntomas de siempre llévelo a la escuela con la mínima discusión posible.

- Ante la aparición de un síntoma nuevo acuda al médico esa misma mañana. Si el facultativo cree que no hay causa médica para el síntoma lleve a su hijo al colegio nada más salir de la consulta.

- Si se queda en casa por estar enfermo debemos actuar como con un enfermo. No alentar el juego, ni la visión de la televisión.

- Cuando sienta a su hijo receptivo hable con él. Pregúntele sobre sus miedos y temores, pregúntele del porqué de no querer ir a la escuela.

- Fomente la autonomía de su hijo. Aliéntelo a pasar más tiempo con niños de su edad. Haga que se separe poco a poco del regazo de los papás. Intente que sea él quien solvente sus propios problemas. Ayúdelo a mejorar su autoestima.

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