Tribuna libre

Francisco Reinoso

Hace 50 años, Juan XXIII

ESTE año se cumple el cincuenta aniversario de la muerte del Papa Juan XXIII, el Papa bueno. Unos meses antes celebró la apertura del Concilio Vaticano II. Sólo pudo estar al frente del mismo unos meses.

Angelo Giuseppe Roncalli, Juan XXIII, que entró en la orden franciscana seglar en 1897, era franciscano, pero no fraile. Publicó unas encíclicas interesantes. Antes de morir publicó Pacen in Terris, con afirmaciones importantes como que para conseguir la Paz, con mayúscula, son necesarias cuatro premisas: La Verdad, La Justicia, El Amor, La Libertad.

Después de Pío XII, que era un Papa aristocrático, mayestático, que miró hacia otro lado en ciertas ocasiones contra la barbarie de los nazis, que con motivo de su fallecimiento toqué durante horas la campana de Santa Ana, mi barrio de La Plata, fue elegido Juan XXIII, una persona de origen humilde, con mucho mundo recorrido, conocedor de la situación mundial y de la miseria social y política. Fue un imprevisible Papa, transitorio, y dio la campanada, porque decidió convocar el Vaticano II, para efectuar la renovación de la Iglesia.

Pablo VI, al que tuve el honor de saludar personalmente, terminó el Concilio y debido a la velocidad del cambio pisó el freno al aggiornamiento eclesial. No obstante fue un Pontífice bastante bueno, conocedor de la lucha obrera en Milán, quizá un poco dilettante, hamletiano, pero que tomaba con decisión lo que creía mas bueno para su iglesia. Publicó varias encíclicas sobre el problema social del pueblo. Él conocía muy bien lo que pasaba en Milán y su industria del metal. El Papa Montini fue una persona que se asustó de los fuertes cambios después del Vaticano II. Y desde entonces los tres siguientes Sumos Pontífices fueron cerrando las ventanas que abrió Juan XXIII para que entrara el aire fresco, o el humo de Satanás según muchos otros, en la iglesia católica.

Ahora Benedicto XVI también da la campanada, renunciando al papado, siendo una persona muy estudiada y culta, y su renuncia es signo de no aferrarse al poder. En su discurso de despedida ante los sacerdotes romanos, el 14 de febrero, dedicó casi una hora al Vaticano II, del que se hizo valedor y dijo no tener fuerzas para seguir luchando por una lectura del espíritu del Vaticano II. Su despedida ante los cardenales fue como Obispo de Roma, sucesor petrino, no fue como Sumo Pontífice, Pontífice Máximo, Vicario de Cristo, Jefe de Estado, Padre de los cristianos (como le nombró Monseñor Rouco Varela), fue mas humilde.

A los cincuenta años de Juan XXII, renuncia de un Papa, con el Concilio Vaticano II, por medio. De un Papa franciscano, como Angelo Giuseppe Roncalli, hijo de campesinos, gustador de la polenta que le hacía su madre, a un candidato a Papa también franciscano. Sí, tengo mi candidato a Papa, es: Carlos Amigo Vallejo, anterior arzobispo de Sevilla, que asistirá al cónclave para la elección del sucesor del pescador Pedro apóstol. Carlos Amigo, de familia ilustrada, estudiaba medicina y se puso en la influencia de San Francisco de Asís. Sicólogo, profesor de educación especial, arzobispo de Tánger, representante de los obispos del norte de África, conocedor del mundo musulmán. Defensor de los derechos de la mujer en las cofradías sevillanas, que fue muy criticado por ello, desarrolló labor en el ámbito presidiario, Hijo Predilecto de Andalucía, amigo de los gitanos, y por este motivo lo conocí personalmente. Ha publicado muchos libros, entre ellos: Caminar con Francisco de Asís, Cristianos y musulmanes, Salud y trabajo: valores cristianos y calidad de vida, Dios clemente y misericordioso: experiencia religiosa de cristianos y musulmanes, entre otros.

Ese es mi candidato, un obispo europeo pero casi africano y con conocimiento de la segunda religión del mundo. Pero si no tengo poder ni para influir en la elección del obispo de Jerez, ya me dirán Vds. el que tengo para elegir Papa. Pero este es mi candidato: D. Carlos Amigo Vallejo.

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