Jerez: Eulogio Galán, noviembre y ‘Deus caritas est’

Eulogio Galán, hoy en la Fundación Bonald, es escritor fecundo de sello propio.
Eulogio Galán, hoy en la Fundación Bonald, es escritor fecundo de sello propio.

02 de noviembre 2023 - 05:00

Alfa: La Fundación Caballero Bonald acoge esta tarde, a partir de las 19.30 horas, la presentación de una obra harto interesante. Sus páginas huelen a calidad. Esta lectura produce efectos terapéuticos. Balsámicos. Atrapa y libera. Como una oxigenación de metáfora y anáfora. Trilogía de novela histórica. ‘Catalina de Erauso. La monja alférez’, de Eulogio Galán Moreno. Pública Ex Libric. Eulogio es de larga data en cuestiones literarias. Fiel a sus convicciones. Hombre dado a los libros. Adepto a sus propias vocaciones. Autor de un considerable número de artículos publicados en prensa y en revistas especializadas. Varias obras librescas llevan su rúbrica. Escritor fecundo. Posee sello propio. Un estilo ágil e inconfundible. Trabajador a fondo al respecto de las fuentes consultadas. Riguroso de estilográfica. Muy recomendable su publicación sobre la vida del almirante vasco Blas de Lezo. Adapta las obras literarias a novela histórica. Sabe cuanto se trae entre manos.

Nació Eulogio en Trebujena. A los 11 años de edad ingresó en el seminario menor de Pilas, por vocación sacerdotal. Abandonó el seminario a los diecinueve para afincarse en Jerez. Encuentra su edén. Aquí trabaja en varias bodegas. Gana en su juventud -con resuelta facilidad- varios premios de relatos cortos. Ha sido aventurero. De hecho realizó una travesía desde Bristol hasta el Puerto de Santa María. Puso pies en polvorosa y sobre un galeón réplica del siglo XVIII. Con tripulación extranjera. Su sentido de la aventura concatena con la máxima de Hellen Keller: “La vida es una gran aventura o no es nada”. Eulogio ha hecho camino al amar. De su ser brota toda una limpia magnitud de afectos. Se da a querer. Sabe entregarse sin medias tintas. Cada noche es un recuento de buenas acciones. Carpe diem. Rebaña toda la concavidad de cada nuevo amanecer.

Eulogio es persona de exquisitos modales. Un conversador de rico vocabulario. Rebosa cultura mientras dialoga en corto. No da pábulo a los aspavientos. Su serenidad es contagiosa. Así como su inclinación a la escritura. Historia y Literatura suman sus pasiones. Felizmente casado con Mercedes, padre de cuatro hijos –“dos hembras y dos varones”-. Su hija Elena está casada con Jorge, hijo del querido y reconocido belenista -antiguo presidente de la Asociación- y Rey Mago que fuera de Jerez Manuel Alcocer -quien además cumplirá las funciones de presentador en el acto convocado para hoy-. La intervención de Manuel Alcocer ya promete también de antemano un atractivo cultural. Manolo siempre pone toda la carne en el asador. ¡Enhorabuena, de antemano, a ambos! ¡Y que los vientos de Argónidas sean favorables!

Beta: Cada 1 de noviembre emerge como un mirífico florecimiento sobre la sustancia de la vida. A los semejantes hay que hablarles por activa y por pasiva del amor. Sin amor no somos nada. Sin amor nos cosificamos. Nos codificamos. Perdemos toda nuestra entidad cristiana. Pasamos a convertirnos en el Ciudadano Zero. En pura electrónica sin alma. A veces nos dejamos atrapar por las fauces de la soberbia o del enfrentamiento por arbitrios lejanos a la luz del perdón, de la conciliación. De la proximidad humana. Abstenerse de la empatía conduce al riesgo. A la interpretación errónea. El mes de noviembre nos propone una correlación asimétrica del paso del tiempo.

Me gusta tener presente la carta encíclica ‘Deus caritas est’, de Benedicto XVI a los obispos, a los presbiterios y diáconos, a las personas consagradas y a todos los fieles laicos, que sobre el amor cristiano nos señala que «Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él” (1 Jn 4, 16). Estas palabras de la Primera carta de Juan expresan con claridad meridiana el corazón de la fe cristiana: la imagen cristiana de Dios y también la consiguiente imagen del hombre y de su camino”. Lectura que conforma. Lectura que reconforta. “El amor todo lo espera, todo lo soporta y todo lo cree”, dijo Santa Teresa de Jesús.

Además, en este mismo versículo, Juan nos ofrece, por así decir, una formulación sintética de la existencia cristiana: “Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él”. Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva. En su Evangelio, Juan había expresado este acontecimiento con las siguientes palabras: «Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todos los que creen en él tengan vida eterna” (cf. 3, 16). Olvidemos rencillas antiguas o recientes, pelillos a la mar. Es una cuestión de tantos, que llega a serlo de todos.

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